Los comerciantes de Regino piden tarjetas para la zona azul

F.L.D.
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Las protestas de los empresarios de la zona contrastan con la de visitantes puntuales, que ahora ven más posibilidades de estacionamiento para poder realizar trámites burocráticos. Pasados los días de información, este miércoles empiezan las multas

Los comerciantes de Regino piden tarjetas para la zona azul - Foto: Jesús J. Matías

Dos trabajadores de la empresa Eysa, encargada de gestionar el servicio ORA de estacionamiento, ultimaban a eso de las diez de la mañana de ayer los últimos detalles para poner en marcha los nuevos aparcamientos regulados por este sistema en la zona de Hacienda. Solo quedaba por señalizar la isleta más próxima a Regino Sainz de la Maza, donde hasta hace no mucho era casi misión imposible encontrar un sitio. A esa hora, no había nadie que hubiese dejado allí el coche. Los vecinos, comerciantes y conductores que ocasionalmente aparcan para realizar diferentes gestiones, se dividían entre la aceptación, la crítica o la indiferencia. Pocos sabían, no obstante, que hasta mañana pueden utilizar este nuevo párking sin tener que rascarse el bolsillo. 

La acogida de la zona azul en esa manzana que engloban Regino, Calzadas y la calle Vitoria fue desigual. En la parte trasera de la Delegación de Hacienda apenas quedaban huecos libres para aparcar en una hora punta como son las 11 de la mañana, cuando muchos ciudadanos ya se acercan para realizar gestiones o incluso para comprar en algunos de los comercios. Mucho más espacio restaba en la parte frontal del edificio, una imagen que chocaba tras muchos años en los que encontrar aparcamiento era una auténtica quimera. Y ya no decir de la isleta anexa, que se quedó sin voluntarios para estacionar y las líneas azules recién pintadas permanecieron impolutas durante gran parte de la jornada. 

Los primeros conductores estrenaron los parkímetros a pesar de estar fuera de peligro de sanción. María, que acudió a Hacienda para realizar unos trámites, utilizó la aplicación ignorando por completo que hasta el miércoles tenía tregua. «No sabía ni siquiera que lo habían convertido en zona azul, así que me ha chocado», reconocía. La medida, a su juicio, es entendible porque favorece la rotación de vehículos. «Para los que venimos de vez en cuando es bueno, pero entiendo que a los vecinos les moleste, más aún cuando llevaba tanto tiempo siendo gratis», añadió.  

De la misma opinión era Ramón, quien por segunda vez en la misma mañana tenía que acercarse al ‘cajero’ para echar una moneda y sacar el ticket. Tampoco tenía ni idea de que si le ponían una receta en el parabrisas no iba a ser una multa, sino un apercibimiento. «A sitios de estos cuanto menos vengas y más pronto termines mejor, así que un aparcamiento regulado te facilita las cosas porque no tienes que estar un rato dando vueltas en busca de sitio», comentaba. No en vano, a escasos metros de allí se encuentra la Jefatura Provincial de Tráfico, otra institución a la que suelen acudir con frecuencia decenas de ciudadanos para gestiones puntuales. 

En un punto intermedio se encontraban los vecinos. La mayoría de las viviendas de la zona gozan de garaje particular, por lo que la medida no es del todo traumática. Además, los que no tienen la posibilidad de dejarlo en un subterráneo, pueden solicitar la tarjeta de residente. Eso es algo que indicaba Alfonso, un residente del número 9 de Regino Sainz de la Maza. «En estas isletas sobre todo dejan el coche los que bajan al centro por cualquier motivo o vienen al cine. Salvo a algún caso aislado, como los que aparcaban el coche durante semanas o los que por pereza no querían meterlo, yo creo que pocos vamos a notar la diferencia», opinaba. 

Las 189 plazas de estacionamiento regulado molestan, y mucho además, a los comerciantes de la zona. Además por varias razones. La primera y más importante es que hasta ahora podían dejar el coche allí sin tener que preocuparse de nada, más allá de que siempre había que llegar a una hora prudencial para encontrar un hueco. La segunda es la escasez de espacio reservado para carga y descarga. Y por último, porque vaticinan una bajada de los clientes, lo último que necesitan en una situación como la actual. 

Ángeles, de la ferretería Isi, de Regino, tuvo que cambiar de párking en el primer día de zona azul. «Lo he dejado en el Alcampo y me he bajado andando porque no puedo estar toda la mañana saliendo para echar monedas. Es una faena muy grande la que nos han hecho», protestaba. Lo es, proseguía, porque «no tenemos la oportunidad de conseguir una tarjeta de residente que por lo menos nos permita tener el coche a dos pasos todo el día».   

Estas tres isletas próximas a la Delegación de Hacienda eran las únicas del entorno libres de pago. Tanto la calle Vitoria, como en Calzadas y Segovia, llevan tiempo reguladas por el Servicio ORA. La razón por la que hasta el momento no se habían incluido es porque no estaba claro que estos espacios eran propiedad del Ayuntamiento o de las comunidades de vecinos. La empresa Eysa llevaba tiempo reclamando una compensación por las 300 plazas suprimidas en los últimos años y, tras varios informes municipales, entre ellos uno de la Policía Local, se optó por ampliar el sistema de rotación en este lugar. Una vez pasado el periodo de dos días de información, este miércoles comenzarán las sanciones