El 45% de los avisos por ruidos no desemboca en sanciones

JUNIOR VIEIRA
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De las 300 llamadas recibidas por la Policía Local de Miranda en 2021, solo se constataron molestias en 163

Un grupo de jóvenes haciendo botellón próximos al Ebro. - Foto: Patricia

La comisaría de la Policía Local recibió durante 2021 un total de 299 llamadas por ruidos. No todas ellas desembocaron en sanción, ya que la intervención de los agentes únicamente constató la existencia efectiva de molestias en 163 ocasiones, un 55% del total. En los 136 avisos restantes a los que acudieron no requirieron de mayor actuación, al no detectarse o no considerarlos un exceso. Pablo Gómez, concejal de Seguridad Ciudadana y Servicios Sociales, puntualiza que «no es ruido todo lo que suena».

Estas llamadas suelen generarse por «música muy alta o gente gritando por la calle», explica Gómez. Especialmente cuando en las casas «las ventanas están abiertas».  Estas situaciones se acentúan por las noches cuando las calles permanecen en silencio. El concejal deja claro que «el ciudadano tiene derecho a llamar por lo que considere», pero lo define como un tema muy «subjetivo» y en el que muchas veces «no ha sido ruido todo lo que se denunciaba». En muchas de estas ocasiones al acudir las patrullas a la zona donde se denuncian los ruidos «no se ve a nadie» explica Gómez, quién añade que ha leído casos «de gente que llama porque alguien está silbando». 

El concejal también ha recalcado que «las terraza no genera ruidos». El permiso que se otorgó a los establecimientos para prorrogar la instalación de estas en estacionamientos generó «quejas por parte de algún sector de la ciudadanía por no poder aparcar», pero explica que «las terrazas especialmente no han supuesto una queja en cuanto a ruido se refiere». La mayoría de negocios que pidieron este permiso «son bares que tampoco tradicionalmente han extendido su actividad hasta entrada la noche, cosa que sí nos ha pasado en otros», aclara. Además, apostilla que el permiso «te permite poner una terraza, no un concierto». A pesar de esto, muchas veces el ruido dentro de los establecimientos si que puede perturbar el descanso de los vecinos por las noches. Esto puede ocurrir en aquellos casos en los que «se dejan la puerta abierta», explica el concejal, quién añade que «ha habido casos en los que se ha ido, se ha comprobado que era así, pero hay en otros que no». 

Uno de los temas que más polémica han generado en los últimos meses reside en los botellones. Gómez aclara sobre ellos que el ruido  «no es la mayor queja que se recibe sobre ellos», sino que es la propia actividad en sí. 

La ordenanza municipal de ruidos y vibraciones en Miranda data del año 1987 y en ella se establece que estos pueden constituir una amenaza a la salud. Respecto  a los niveles máximos en zonas interiores, se establece que el ruido en las viviendas no podrá superar los 33 decibelios durante el día y los 28 durante la noche. En cuanto a las zonas urbanas en el exterior, aquellas zonas de viviendas y oficinas no podrán superar los 55 decibelios de día y los 45 de noche. El límite en las zonas comerciales se establece en 65 durante el día y 55 en las horas nocturnas.