La serpiente multicolor vuelve a tierras burgalesas

JOSÉ A. DEL CURA
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La quinta edición de la Vuelta júnior a La Ribera arranca hoy con una contrarreloj entre Caleruega y el castillo de Peñaranda

Imagen de la última edición de la Vuelta júnior a La Ribera, celebrada en 2019. - Foto: Julio Calvo

Fin a la espera. Después de un año de obligado parón por la crisis sanitaria derivada de la covid, la Vuelta ciclista júnior a la Ribera del Duero regresa por fin. Lo hace, además, inaugurando su quinta edición en tierras burgalesas. Más concretamente, a través de los 17,9 kilómetros de etapa inaugural que unirán, hoy jueves, la localidad ribereña de Caleruega con la ascensión final al castillo de Peñaranda. Una cita contrarreloj exigente para arrancar una carrera que se internacionaliza este año, y que contará entre sus filas con la friolera de 27 equipos y casi 400 personas entre ciclistas, técnicos y personal de organización.

Tras un primer aperitivo marcado por la monumentalidad del patrimonio ribereño burgalés y que servirá, en palabras de Rubén Andrés, Director General de la prueba, para presentar a los equipos «a través de una etapa que no pudo hacerse en la última edición y resulta muy espectacular», la carrera se desplazará, al día siguiente, hacia el este. Allí tomará el viernes 20 salida en Langa para alcanzar su final de etapa en la ascensión al castillo de Peñafiel. Tras ello, una  tercera jornada con salida y llegada a San Esteban, y una cuarta con itinerario homólogo, pero en Aranda de Duero, completarán el recorrido de la presente edición de la ronda júnior.