La incertidumbre sobre cómo será  el inicio del curso, el retraso de la resolución del programa de gratuidad de la Junta Releo Plus, motivado por la pandemia, y los mínimos cambios que han realizado los centros educativos han mermado las reservas de libros de texto en una campaña que el sector califica de «atípica». En unos casos, el descenso de los pedidos respecto al año pasado apenas es del 5%, pero en otros resulta más pronunciado y llega al 40%, con la confianza de que se pueda recuperar una parte o mantenerse los niveles de 2019.

«Las familias están esperando a ver con qué libros pueden contar  en septiembre antes de realizar los pedidos», explica Víctor Adot, de la librería La Llave y vicepresidente de la Asociación de Libreros de Burgos en referencia a la disponibilidad de ejemplares en los bancos de  los colegios que otros años se conocía en mayo. Sitúa en este momento la caída de las reservas en torno al 15%, previendo que la temporada «no será buena» o como mucho «parecida» a la del año pasado, que a su vez ya registró un descenso respecto al anterior.

Adot también pone el foco en el hecho de que «prácticamente no se han renovado libros» en los colegios e institutos, fruto de la recomendación al respecto que realizó la Dirección Provincial de Educación basándose en la «incertidumbre del momento» y en la tramitación de la nueva ley de educación. Esto hizo que tan solo concediera una autorización para hacerlo a los Sagrados Corazones de Miranda.

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