"La fotografía debe transmitir el vino que se observa"

R.C.L.
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Los oficios del vino (XXVIII) | El fotógrafo ribereño Ricardo Carbajal ha trabajado con varias bodegas de la comarca y es el encargado de capturar sus mejores vistas

Ricardo Carbajal es un experimentado fotógrafo que conoce de primera mano algunos de los paisajes más característicos de las bodegas ribereñas. - Foto: Blanca Suárez

Apasionado de la fotografía desde bien pequeño, hoy captura algunas de las mejores escenas del sector vitivinícola de la Ribera del Duero. Ricardo Carbajal ejerce profesionalmente como fotógrafo desde 2007, año en el que decidió abrir su propio estudio. Realiza trabajos fotográficos de todo tipo, entre los que destaca su labor retratando paisajes y escenas relacionadas con el mundo del vino.

"Habitualmente había trabajado la fotografía social y fue en 2008 cuando surgió mi primer proyecto con el sector vinícola", recuerda Carbajal. Respecto a esta primera experiencia, destaca la importancia de trabajar con creatividad e invertir más tiempo de lo habitual. "Es importante unir tus ideas y experiencia con lo que el cliente quiere", afirma.

Al igual que cualquier artista, resulta fundamental exponer un significado claro y conciso y el sector vinícola no es una excepción. "Cada vino tiene su propio mensaje. Hay que saber reflejar ese valor añadido de la historia de la propia bodega y enfocarlo al cliente potencial", explica. Ricardo Carbajal define su función como la de un "nexo" entre el producto y el usuario externo. "La fotografía debe transmitir el tipo de vino que se observa. Al final no es lo mismo fotografiar un vino joven a un crianza y ahí es donde debemos saber enfocar el trabajo", explica.

Respecto a las claves para realizar un buen proyecto, el ribereño sostiene que es de vital importancia "tener todo controlado", así como "estar totalmente seguro de lo que quiere el cliente de su trabajo".

Como afirma el dicho, cada maestrillo tiene su librillo. Y es por eso que, como cualquier fotógrafo, alberga su propia debilidad por determinados escenarios y elementos dentro del paisaje. "Me gustan mucho los atardeceres. La luz y la combinación de colores que ofrecen los atardeceres es maravillosa", reconoce. Además, es un claro admirador del detalle, que, a su juicio, "permite impactar a la gente con cosas que habitualmente pasan desapercibidas".

El sector vinícola en la Ribera es una industria que lleva muchos años trabajándose, por lo que parece que todo ya está visto, de manera que es difícil diferenciarse del resto. "Lo que de verdad funciona es crear tus propias imágenes inéditas", declara.

Además, el profesional está muy involucrado en la introducción de las nuevas tecnologías en sus trabajos fotográficos. Para él, el uso de estas novedades es otra forma de diferenciación. Entre ellas, llama la atención el empleo del dron, con el que desde hace siete años fotografía desde el aire. Así pues, desde hace menos tiempo, también ha implementado la fotografía 360º. "Con estas nuevas técnicas se puede enseñar la bodega desde casa con imágenes impactantes y todo tipo de detalles", valora.

En cuanto a la demanda de este servicio, reconoce que está aumentando, pese a que no "tanto como le gustaría". En este sentido, Carbajal se muestra algo disconforme con el poco interés y valentía por parte del sector para aventurarse a trabajar con las innovadoras herramientas visuales que se han desarrollado en los últimos años: "Echo en falta que las bodegas no implanten las nuevas tecnologías como pueden ser los tours virtuales".

Asimismo, fuera de su trabajo a pie de campo en la Ribera del Duero, Ricardo Carbajal también está obteniendo su reconocimiento. Recientemente la revista especializada en vino Decanter ha publicado algunas de sus fotografías.