Hojas: "El Metal no tiene que ser cicatero con los salarios"

G. ARCE
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Entrevista con el secretario de la Federación de Industria, Construcción y Agro de la UGT

Pedro Hojas, secretario general de UGT-FICA. - Foto: Juan Lázaro (ICAL)

A principios de marzo renovó mandato al frente de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT, la mayor del sindicato con 250.000 afiliados en sus filas y más de 31.000 delegados repartidos por todos los sectores productivos. Y lo hizo con un amplio respaldo, el del 86% de los delegados, lo que consolida a este burgalés del 68, trabajador de Cerámicas Gala, como uno de los pesos pesados de la histórica organización sindical que lidera Pepe Álvarez. "Estoy más ilusionado si cabe que hace 5 años [tras sumar uno a su primer mandato por la pandemia], conozco a mi equipo y a la Federación, que se ha consolidado tras la gran fusión. Me siento con mucha fuerza para mirar hacia adelante".

Pues el panorama industrial al que se enfrenta es muy complejo. 

Sí, ya antes de la pandemia estábamos sufriendo una transformación industrial muy importante, pero la crisis sanitaria no ha hecho otra cosa más que acelerar los procesos de cambio vinculados a la digitalización, la descarbonización, la transición energética... El coronavirus ha hecho aflorar las debilidades de nuestro modelo, y no solo en nuestro país, sino en el conjunto de la Unión Europea. Tenemos que repensar el papel que queremos para nuestros sectores industriales. Nos hemos dado cuenta de que no somos capaces de autoabastecernos y ahora estamos buscando en Europa y también en España el retener toda la cadena de valor de los sectores industriales. Es algo fundamental. Las empresas tenían un exceso de interés en externalizar sus actividades y proveedores buscando costes más baratos, sin importarles dónde estuvieran, en Asia o en África, y ahora se han dado cuenta de que lo barato sale caro y estamos en un momento de pensar las cosas para tener una cadena de valor controlada y no depender de terceros en situaciones como la que hemos vivido con la pandemia.

Usted insiste en la idea de reconstruir y reindustrializar España. 

Tenemos que reconstruir nuestro país a través de la industria. La pandemia ha dejado claro que allí donde hemos tenido industrias, la situación económica y social ha sido muy diferente con respecto a los territorios que tienen una alta dependencia del sector turístico y de servicios. Necesitamos que territorios como Burgos y el conjunto de Castilla y León sigan apostando por la industria. Burgos ha sufrido menos que la gran mayoría de provincias durante la pandemia gracias a su importante peso industrial, de hecho, es un ejemplo a seguir y así lo hemos puesto de manifiesto en muchas reuniones. Dicho esto, a fuerza de diálogo social entre empresas, trabajadores y Administración hemos logrado poner en marcha lo antes posible la industria, pero ahora nos estamos encontrando con otros problemas con paradas de plantas, porque nos faltan componentes que vienen de terceros países, lo que nos obliga a repensar el modelo industrial que queremos.

Esta semana ha hablado en el Congreso de los Diputados sobre el destino que hay que dar a las ayudas procedentes de Europa. 

No podemos fallar como país, no nos podemos permitir ese lujo. Tenemos que aprovechar la ingente cantidad de dinero procedente de los planes de reconstrucción europeos para transformar nuestro modelo económico. En estos momentos, la sociedad está convencida de que necesitamos ser un país industrializado porque la gente se ha dado cuenta de que la industria significa puestos de trabajo con condiciones dignas que permiten desarrollar un proyecto de vida. Además, donde hay industria se vertebra país, se generan servicios privados y públicos, es decir, alrededor de la industria se crea todo lo demás, por eso es importante. Tenemos que aprovechar estos fondos para hacer lo que ya están haciendo otros países y evitar que la brecha industrial con respecto a Alemania, Francia e Italia se vuelva a reabrir. Estamos hablando de unos países que están afrontando una transformación industrial brutal gracias a las ayudas de sus gobiernos. España tiene que ser capaz de encontrar consensos, así lo reclamé en el Congreso de los Diputados, para reindustrializarse y para gestionar bien todos los proyectos en marcha. En el segundo semestre del año vamos a tener fondos de la UE y hay que seleccionar bien los proyectos tractores a los que se destinarán.

¿Cuáles son esos proyectos tractores clave para UGT-FICA? 

Necesitamos modernizar nuestra industria, transformarnos tecnológica y ecológicamente y vertebrar industrialmente el país. Es un momento para romper la brecha interterritorial entre los territorios con una capacidad industrial muy potente y aquellos que no han tenido nunca industria.

China es más fuerte que nunca y nunca hemos sido tan dependientes de sus materias primas. 

Efectivamente, y con los fondos de reconstrucción no podemos ser tan torpes como para hacer millonarios y cargar de trabajo a otros países. Tenemos que ser capaces de que los proyectos tractores se impulsen desde la industria española y europea, tienen que generar empleo en toda su cadena de valor. No podemos hacer más millonaria a China. Y hay otro aspecto que me gustaría subrayar, las ayudas públicas para salir de la crisis pasan por el pago de impuestos, por las aportaciones de empresas y trabajadores al Estado. Necesitamos pagar impuestos y tener recaudación, esa es la verdad. No hay que hacer caso a los falsos debates de la bajada de impuestos, lo que ahora necesitamos es una contribución justa al Estado, no economía sumergida que solo es un engaño para todos.

¿Cómo ve la situación de la automoción? 

Nuestro país y Burgos, en particular, tienen que seguir siendo un referente a nivel mundial en el sector del automóvil. Tenemos el problema de que las decisiones de las grandes marcas se toman fuera del país, pero debemos ser capaces de generar ese entorno amable para que las empresas sigan apostando por España. Creo que estamos en el camino de conseguirlo. Hemos superado esa temporada en la que hubo ataques sin sentido de la Administración contra el sector del auto [la crisis del diesel], lo que a nivel europeo y mundial nos puso en el ojo del huracán, pero ahora estamos dando pasos de manera acertada a través de la Mesa de la Automoción. No tiene ningún sentido que nos peleemos entre comunidades autónomas y provincias por las plantas fabricantes de baterías, necesitamos una política de Estado con la industria.

¿Le preocupa la paralización de industrias por la falta de microchips? 

Ford lo ha anunciado esta semana y Renault también tiene falta de componentes electrónicos y la misma situación la sufren el resto de marcas. Hay modelos con carga de trabajo que no se pueden producir. Son esas las dependencias del exterior de nuestra cadena de valor. Pese a estos problemas, yo creo que el Ministerio de Industria está acertando en bastantes de sus planteamientos y las empresas están negociando con nosotros para crear ese entorno amable para nuevas inversiones industriales.

El plan de Renault es una prueba de ello. 

Es un plan de futuro muy potente que supone traer a España modelos híbridos, los que realmente tienen carga de trabajo. No nos engañemos, si nos traen la fabricación de un coche eléctrico total a Valladolid sobraría la mitad de la plantilla. Hay que ir paso a paso.

¿UGT-FICA ve con más tranquilidad la evolución de la automoción? 

Somos muy optimistas, aunque aún existen riesgos. Hay que salir de la pandemia y ver cómo se van a consumir coches eléctricos o de hidrógeno, que es el modelo al que vamos. Sabemos que el coche eléctrico tiene un 30% menos de componentes y eso tendrá un reflejo en la industria auxiliar. Hemos visto como el Grupo Antolín está apostando por la innovación, por incorporar valor añadido a sus productos y este es el camino a seguir. Conozco algunos proyectos presentados al Gobierno para acogerse a los fondos europeos y creo que el sector del auto va a seguir siendo un referente.

La aeronáutica está sufriendo mucho por el parón aéreo. 

Estamos ante un sector clave de muchísimo futuro y estratégico para nuestra economía, aunque está siendo muy golpeado, especialmente por el tema Airbus. Se han caído muchos programas, no se están entregando aviones, ni las compañías los reciben por sus problemas financieros... Hemos constituido un grupo de trabajo con los diferentes ministerios y con las empresas aeronáuticas. No vamos a permitir que se cierre ningún centro de trabajo, incluyendo el de Airbus en Puerto Real (Cádiz), porque estamos viviendo una anormalidad en este ámbito por la caída de los vuelos que pasará. No podemos perder centros de producción en nuestro país ni empresas auxiliares como Aciturri. Es hora de reflotar y ayudar entre todos a estas compañías para mantenerlas activas, porque la actividad va a volver al sector seguro. La aeronáutica es estratégica, genera puestos de trabajo cualificados y con una alta carga de innovación. Hay que ayudar a estas empresas para que aguanten como sea. 

Castigada en la anterior crisis, la construcción parece que está soportando mejor la pandemia. 

El papel que va a jugar la construcción en la salida de esta crisis es fundamental, es ya un sector tractor de la económica por todo lo que arrastra en los sectores industriales y de servicios. Los planes del Gobierno dentro del proyecto de reconstrucción europea pasan por los temas medioambientales. Nuestro país tiene tal necesidad de rehabilitación de viviendas y edificios que la generación de actividad que va a conllevar (casi 7.000 millones de ayudas públicas) es brutal. La construcción genera puestos de trabajo rápidamente y puede recibir a trabajadores procedentes de los sectores castigados por la pandemia, como la hostelería. Lo que nos queda por hacer, y para lo que estamos hablando con los ministerio de Educación y de Seguridad Social, es formar a los trabajadores. La construcción ha cambiado mucho y requiere una formación previa en riesgos laborales y también en el oficio. Hay que articular certificaciones profesionales y cursos de corta duración que cualifiquen a los trabajadores para temas de rehabilitación y mejora climática. Esperemos que la Fundación Laboral de la Construcción articule esa formación ágil para atender a la explosión de la contratación en el sector que esperamos.

¿Las buenas perspectivas en la automoción y la construcción tienen reflejo en la negociación colectiva, en el alza de los salarios? 

El convenio de la construcción ya está firmado con un incremento salarial del 2,5% para este año. En el sector químico hemos llegado a un acuerdo en el que el primer semestre de 2021 no aplicamos subidas y a partir del 1 de junio se aplicará el 1%. En los años 22 y 23 habrá un 2% de incremento. 

Pues en el metal burgalés no lo tienen tan claro. 

Pues hago un llamamiento a la patronal Femebur en este sentido, porque ellos mismos han dicho que la pandemia no les ha hecho tanto daño como creían, que están saliendo bien de la situación. No tiene sentido entonces que sean cicateros a la hora de negociar el convenio. Necesitamos lanzar estímulos positivos y que la ciudadanía los reciba para reactivar el consumo, porque el sector de servicios, hostelería y turismo, necesitan de los puestos de trabajo industriales. En Burgos, los grandes consumidores somos los trabajadores industriales y, por lo tanto, reactivamos la economía. En Burgos hemos dado claros ejemplos de tener capacidad de negociación, ahí está el problema de Benteler o el acuerdo de Renault. En este último caso, hemos logrado traer modelos a España asumiendo sacrificios: dos años de contención salarial. Hay que generar confianza y eso es lo que le pido a Femebur. Pocas industrias burgalesas están en ERTE y las que lo tienen se trata de expedientes preventivos ante la falta de suministros de componentes. Pedimos cosas razonables...

O la reforma laboral se toca ahora, con una coalición de izquierdas en el Gobierno, o lo va a tener difícil en un futuro próximo. ¿No lo ve así? 

Es fundamental empezar a derogarla. Con los ERE de extinción hemos sido conscientes de la gravedad de la reforma laboral. Cuando se han terminado los 30 días de plazo para negociarlos, las empresas han ejecutado. Sí, podemos recurrir, pero con los trabajadores ya en la calle. Creemos que la Administración debe jugar un papel de mediación y de análisis. El ERE debe ser la última herramienta, de hecho, durante la pandemia propusimos la hibernación de empleo, especialmente pensando en el sector aeronáutico. Son trabajadores formados y cualificados y la empresa les va a necesitar en el futuro; pues busquemos una fórmula que permita una rotación de los puestos en esa empresa, proceso en el que aporte el Estado, la empresa e incluso el propio trabajador afectado. Que se aprovechen estos parones para recualificar al trabajador en el ámbito digital, en los nuevos perfiles. Tenemos que buscar fórmulas para no utilizar los expedientes de extinción de empleo. Por otro lado, si los convenios de empresa prevalecen sobre los sectoriales alentamos a la competencia desleal entre empresas. No queremos que los listos negocien con delegados ad hoc para bajar los costes salariales.

Insisto en que Moncloa no va ser nunca tan favorable a sus ideas... 

Mañana esperamos cerrar el pacto en torno a las pensiones con un principio de acuerdo derogando la reforma del PP. Eso sí son mensajes positivos al país.

¿Van a vigilar que en el desmantelamiento de Garoña participen empresas del entorno? 

Con el Ministerio de Transición Ecológica hemos alcanzado un acuerdo para el desmantelamiento de las centrales térmicas con protocolos de actuación con las compañías energéticas y comisiones de vigilancia. Eso es lo que hay que hacer en Garoña y, en el corto y medio plazo, con el desmantelamiento del resto de centrales nucleares. Primero hay que garantizar que la actividad de desmantelamiento implique a los trabajadores de la central y de las empresas auxiliares. Es muy importante que la actividad económica del entorno no se vea afectada y buscar opciones industriales. Garoña necesita una transición justa que no se olvide de nadie.

¿Qué le parece el olvido por parte del Gobierno del corredor central ferroviario en favor de la conexión Algeciras-Zaragoza-Francia? 

Como burgalés veo con mucha tristeza que se apueste por este corredor y se olvide el tren directo. Las infraestructuras son fundamentales para la industria y no hay desarrollo industrial ni vertebración del país sin ellas. Tenemos que dar facilidades de todo tipo a las empresas. Pido a la Administración que se centre y dé salida a toda la zona noroeste de la Península. El directo es una línea fundamental para el tráfico de mercancía.

En mayo hay congreso confederal. ¿Va a cambiar algo en la UGT? 

Siempre hay que cambiar. La sociedad y las empresas se transforman y el sindicato también. Vamos a digitalizarnos y adaptarnos a la realidad de las personas. Somos una organización más fuerte y la pandemia ha puesto en valor a las organizaciones sindicales. Hemos dado un ejemplo negociando en primera línea los protocolos para recuperar la normalidad tras los confinamientos, negociando los ERTE y los planes de ayudas para los desempleados y empresas. Los ciudadanos nos pedían llegar a acuerdos en una situación de extrema gravedad y el diálogo social lo ha permitido. La voluntad de todos de arrimar el hombro en los peores momentos fue impresionante. 

¿Tiene planes para ese congreso? 

Apoyar a Pepe Álvarez, aunque tenemos que discutir de muchas cosas. Ha hecho una buena labor y queremos que continúe 4 años más al frente de nuestra organización.