La crisis económica y la consiguiente paralización de las ofertas de empleo público han dejado diezmados numerosos cuerpos de la Administración, un trance del que no se han librado las Fuerzas de Seguridad del Estado pese a tener garantizadas ciertas cuotas de reposición de personal. Las jubilaciones de efectivos no han venido acompañadas de oposiciones lo suficientemente numerosas como para cubrir las vacantes generadas. Y ello ha contribuido a que la plantilla de la Policía Nacional en la provincia se halle al 80% de cobertura en la actualidad, cuando hace una década estaba al 90%.
El déficit de agentes, por fortuna, va a verse paliado en las próximas semanas gracias a un concurso de traslados en el que Burgos ha salido bastante favorecido en comparación con otros territorios de Castilla y León. Es verdad que parte de una situación de inferioridad, pero el Ministerio del Interior ha ordenado cubrir 27 puestos vacantes, de los que 15 (14 agentes y un suboficial) son en la capital; 7 en Aranda de Duero (6 agentes y un suboficial) y cinco en Miranda de Ebro (4 y uno). Además, se trata de lo que los sindicatos llaman un concurso ‘a resultas’: si durante el proceso de petición de destino el saldo en las comisarías burgalesas resulta inferior a las plazas que salen la diferencia habría compensarla con más efectivos. De tal manera que si llegan a Burgos 14 policías pero se marchan 10 a otras plazas, esa decena de nuevas vacantes habría de ser cubierta, según explican fuentes del Sindicato Unificado de Policía (SUP).
El sistema, es cierto, no garantiza que se ocupen todos los puestos que figuran en el concurso, porque la Dirección General solo puede tirar de quienes expresamente solicitan Burgos, Aranda o Miranda para alcanzar todo el cupo. O sea, que si a la ciudad del Duero, por ejemplo, llegan 6 funcionarios y piden traslado tres, solo se cubriría esa media docena de puestos si en la lista de peticionarios hubiera otros tres que solicitan Aranda.
En todo caso, es el concurso de traslados tras la crisis que más plazas oferta en la provincia de Burgos. Y no solo eso, sino que este territorio es con diferencia el de Castilla y León donde más puestos salen.
Esta circunstancia favorece a esta provincia porque limita el número de salidas a otras comisarías a las que históricamente han ‘emigrado’ los agentes burgaleses. Por ejemplo, en Burgos hay gran cantidad de efectivos leoneses, muchos de los cuales se trasladan a la primera oportunidad a su tierra de origen, pero en este caso el número de plazas a las que aspiran es reducido, solo 17 entre la capital, Ponferrada, Astorga y San Andrés de Rabanedo.
Precisamente, según fuentes de la Comisaría, el gran hándicap de Burgos a la hora de conseguir una elevada tasa de cobertura es que «escasean los policías nacionales nacidos en la provincia, en comparación con otros territorios». Hay muchos leoneses y muchos gallegos que en sus primeros años de ejercicio se reparten por la geografía española -Burgos incluido- y que aprovechan los concursos de traslados para regresar a su tierra.
Para este concurso, según el SUP, es muy probable que «a Burgos le vaya bien y cubra la mayoría de las plazas, porque hay muchos agentes nacidos en la provincia y destinados en Madrid que quieren volver a su casa».
(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)