Un tercio de la población de la provincia tendrá 65 años o más en los años 30, hacia ese futuro inmediato nos encaminamos. Los considerados hoy como mayores superarán las 100.000 personas, 20.000 más de las que se contabilizan en la actualidad. El envejecimiento se disparará un 23,78% y, lo que es más preocupante, la tasa de dependencia, es decir, la proporción entre la población pasiva (menores de 16 y mayores de 65) y la que trabaja, pasará del 35,9% actual al 53,8% en el año 2031, lo que supone un crecimiento del 54% de este ratio en apenas quince años. La esperanza de vida crece, la natalidad cae y la fuga permanente de burgaleses hacia otras provincias no cesa... Y todo parece indicar que las previsiones de hoy se quedarán cortas e irán a peor hacia mediados del presente siglo...

Todo lo expuesto no es ciencia ficción ni profecía catastrofista, se basa en los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) utilizados en el estudio de mercado realizado para el proyecto de ampliación del complejo residencial de Caja de Burgos en la avenida de Cantabria. Son cifras que ponen en evidencia no solo un cambio de enormes dimensiones e implicaciones en nuestra sociedad, sino también una oportunidad de negocio y de creación de empleo que nadie quiere dejar escapar.

De hecho, la atención profesionalizada a los mayores, sea cual sea su grado de incapacidad, está ya captando grandes cantidades de inversión empresarial en Burgos, entre nuevos proyectos y ampliaciones. En las últimas dos semanas se han dado a conocer iniciativas por valor de más de 21 millones de euros y con más de 100 puestos de trabajo. No serán las únicas, pues estamos ante un pujante sector que va a cobrar aún más protagonismo a lo largo de los próximos años.

En el último lustro, el número de plazas en residencias para mayores en la provincia ha crecido en 468 hasta alcanzar las 6.580 repartidas en una red de 97 centros. En Burgos capital se ubican 37 geriátricos con 2.785 plazas, que se elevan hasta los 44 (3.293 plazas) si se suma la oferta repartida entre los pueblos del alfoz, que ha crecido un 4,11%.

En este análisis, llama la atención que el número de residencias grandes -con una oferta de más de cien plazas- ha crecido un 34%, pasando de las 35 que se contabilizaban en 2013 a las 47 que hay operativas, 14 de ellas en la capital y su alfoz, donde se concentran el mayor potencial de clientela y también los nuevos proyectos. Estos centros tienen lista de espera y algunas doblan su capacidad...

OMS. La pregunta que suscitan todos estos números es si la provincia está preparada para atender al envejecimiento de la población al que se ve abocada y la creciente demanda de servicios especializados para personas solas y cada vez más ancianas y dependientes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece un promedio óptimo de 5 plazas residenciales por cada 100 habitantes mayores de 65. El conjunto de la provincia, con 82.714 mayores, cumple holgadamente el ratio (7,95) y la capital, con 37.412, también (7,44).

Hoy estamos cubiertos, constata el estudio elaborado por la Fundación Caja de Burgos, pero el ratio fijado por la OMS ha disminuido un 8,26% en los últimos años en la medida en que la población de mayores se ha incrementado a un ritmo del 10,68%. Vistos los números, la conclusión es evidente: la oferta que se cree de plazas residenciales en los próximos años tendrá demanda, habrá negocio seguro. A día de hoy, hay en marcha o en tramitación una decena de grandes proyectos en la capital. Entre ellos está la ampliación de la residencia de Caja de Burgos, con 80 nuevas plazas, y la de Vitalia Hispalis, con 125, en la zona residencial de Cellophane. Esta última ha recibido esta semana el permiso municipal y supondrá una inversión de 3 millones de euros y la creación de 60 puestos de trabajo. Su puesta en marcha será en 2020.

(Artículo completo en la edición de hoy)