Las Jefaturas Provinciales de Tráfico de Castilla y León han realizado 24.588 pruebas para obtener el permiso de conducir durante los meses de julio y agosto, lo que supone 542 exámenes más que en el verano de 2019. Y eso a pesar de la situación de pandemia en la que nos encontramos y en la que se han tenido que adoptar los protocolos sanitarios para evitar posibles contagios.

Este incremento ha sido aún más significativo en la provincia de Burgos, donde se han realizado 1.456 pruebas más, hasta las 3.612 exámenes de conducir. Del total, 1.576 fueron teóricos, 447 de destreza (moto, camión y autocar) y los 1.589 restantes de circulación. 

Las autoescuelas y las jefaturas provinciales de tráfico reanudaron sus actividades en la fase II de la desescalada y a partir de ese momento se retomaron igualmente los exámenes para la obtención del permiso de conducción, adoptando los correspondientes protocolos sanitarios. Hay que destacar que la Dirección General de Tráfico fue el primer organismo de la Administración en reanudar los exámenes tras el parón de la pandemia.

En Burgos, la lista de espera para examinarse del carné de conducir alcanzaba a mitad de agosto los 10 días, después de que el estado de alarma dejara a 1.800 personas a la espera de poder sacarse el permiso.