La señora María, 94 años, sonríe al evocar la Fuente del Rey, escenario esencial de su longeva existencia. Durante su infancia, acudía a diario con un cántaro para coger sus aguas ricas en hierro y llevarlas a casa. «Si no lo hacíamos, no comíamos. Mi padre siempre decía que si no íbamos a por el agua de la fuente, ni hablar de comer». No es el único recuerdo vinculado a la histórica fuente de esta vecina de Rubena; en su memoria permanece, nítida, una evocación: la de acercarse al entonces bellísimo paraje (del que apenas queda rastro, salvo la fuente) para rebuscar entre los restos de los almuerzos y las meriendas que solían dejar en el entorno los señoritos que, procedentes de la capital, se acercaban a solazarse en carruajes tirados por caballos o aquellos primeros automóviles. 

Cuando el agua corriente llegó a las casas de Rubena hubo muchos vecinos que no dejaron de acudir a coger agua a la Fuente del Rey. Hasta hace poco lo han estado haciendo los más veteranos. Pero desde hace unos meses ya no. Por una sencilla razón: ya no mana agua del caño. La fuente se ha secado. Y aunque son diversas las tesis, una de las explicaciones que se dan los vecinos del pueblo está en las obras que se están realizando en la Nacional-I, junto al histórico manantial. Los vecinos del pueblo están apesadumbrados e indignados, ya que para ellos la Fuente del Rey forma parte de su idiosincrasia; es un elemento de orgullo. Algo sentimental. «Estamos indignados. Nos da mucha pena que se haya secado», señala José Manuel Güemes. «Aquí se ha ido toda la vida a esa fuente, que es muy buena en hierro. Es histórica y por eso nos da mucha pena la situación», subraya Milagros Alcalde.

Ismael Ruiz, regidor de Rubena, es plenamente consciente de la situación y asegura que la fuente se recuperará. Así se lo han asegurado desde el Ministerio de Transportes y OHL, la empresa que está realizando las obras, aunque no parece claro que éstas hayan sido el motivo desencadenante. «Sabemos que el agua viene de la zona de las minas que están en Olmos de Atapuerca. Ya hacía tiempo, antes de las obras, que ya no manaba como antes, el nivel era menor. Al empezar las obras avisamos de que había una fuente y de que era importante para el pueblo.  Cuando limpiaron a ambos lados de la carretera fue cuando empezó a secarse la fuente».

Asegura el alcalde de Rubena que se va a esperar a que transcurran unas cuantas semanas de este invierno para ver si vuelve a manar por sí sola pero que, si esto no se produce, una de las acciones para recuperar la fuente que contemplan tanto el ministerio como la empresa que ejecuta las obras es realizar una captación de un pozo cercano y entubarlo hasta la Fuente del Rey, toda vez que se trata del mismo manantial, si bien mana unos metros más arriba. «Aunque se recupere la fuente, es una pena, ya que con las obras actuales va a quedar entre una vía de servicio y la Nacional-I. Y el acceso va a ser nada más que peatonal desde la vía de servicio. Y eso que se rectificó, porque el proyecto inicial contemplaba cargarse la fuente. Pero exigimos que se mantuviera tal cual estaba y manando agua, claro».

Un paraje 'tocado'. El entorno de la Fuente del Rey, que fue secularmente un paraje bellísimo, ha sufrido muchísimo en los últimos tiempos. Las infraestructuras viarias lo han condicionado sobremanera, y ya no es ni de cerca el bucólico lugar que llegó a ser. Hace un año, fueron talados a traición varios tilos que escoltaban la fuente y que eran un orgullo para el pueblo, toda vez que se hallaban en el conocido como Camino Real de Francia. Aquella tala indignó sobremanera al pueblo, que lleva años trabajando por reforestar el entorno con especies autóctonas. Tan es así, que en el momento de la tala se estaba cogiendo la genética de estos históricos árboles, largamente centenarios, para poder repoblar con ellos mismos.