Casi seguro que el mes que acaba de terminar ha dejado un muy sabor de boca y recuerdo a los burgaleses que han podido disfrutar de las vacaciones, pero si hacemos esa misma pregunta a los concesionarios de automóviles, su opinión sobre agosto es radicalmente distinta. La provincia registró una caída de las ventas del 28% con respecto al mismo mes del año pasado, pasando de las 691 matriculaciones a las 492, según se desprende de los datos difundidos ayer por las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam).
La principal causa que puede explicar esta desaceleración del mercado de la automoción es la entrada, el 1 de septiembre de 2018, del ciclo de medición de emisiones WLTP, que dejó unos registros hasta la fecha nunca alcanzados.En el propio Burgos se vendieron en tan solo 31 días 691 coches, mientras que en 2017 fueron 490, y en este 2019, 492, números más normales para el mercado. No obstante, no es la provincia de Castilla yLeón que peor parada sale del mes estival por excelencia; en Ávila la caída es del 43%, mientras que en León baja un 25%, en Palencia un 34%, enSalamanca un 25%, en Segovia un 26%, enSoria un 39%, en Valladolid un 34% y en Zamora un 20%.
En el conjunto de Castilla y León, la venta de automóviles descendió un 30,4%, un caída cuatro décimas menor que la que se produjo en el conjunto del país, que se elevó hasta el 30,8%. EnEspaña se matricularon en agosto 74.490 unidades frente a las 107.692 del año pasado, cuando hubo un registro histórico. En todas las provincias castellanas descendió la venta de coches, aunque no en la misma proporción; Segovia sufrió una caída del 9,5%, la mitad que en Burgos o Soria.
En términos interanuales, la provincia lidera, junto a Soria, el descenso en las ventas de coches a nivel regional en lo que vamos de año; en concreto cayeron un 18,46% con respecto a los ocho primeros meses del año pasado, pasando de las 4.811 a las 3.923 matriculaciones, según se desprende de los datos.
LOS DIÉSEL, MUY TOCADOS. A los malos registros que han acumulado los concesionarios se les une la crisis en la que desde hace un tiempo está involucrado el diésel. Las previsiones del Ejecutivo de cargar este combustible con más impuestos y restringir su acceso a ciertas ciudades ha provocado que las ventas de estos modelos, que tradicionalmente representaban el 60% del total, supongan ahora el 40%. La proporción ha variado, y los gasolina han tomado la delantera.
Sin embargo, el negro mes de agosto se ha llevado todo por delante; las ventas de coches diésel ha caído en Burgos un 46%, representando una cuota de las matriculaciones de apenas el 22%.COn respecto a los gasolina, fueron el 57% de las ventas, pero cayeron un 30%, mientras que el resto (eléctrico, híbridos...) aumentaron un 24%, siendo aproximadamente el 20% del total. De la misma forma, las ventas a particulares bajaron un 34%, de 407 en agosto de 2018 a las 267 del pasado mes, mientras que las que completaron las empresas burgalesas lo hicieron en menor medida, un 21%. En el acumulado anual, tanto particulares como compañías aglutinan descensos cercanos al 19%.