Los fuegos artificiales y petardos molestaron a los mirandeses que buscaban paz durante la Nochevieja. No obstante, las quejas no solo provenían de aquellos que querían tener tranquilidad total, sino que fueron compartidas por la ciudad entera. La Policía intervino 24 veces en cuatro días, entre el 30 del mes pasado y el dos  de enero. 

Tres contenedores ardieron por la noche. Uno, en la madrugada del 31; los otros, en la de la primera jornada de 2022. Las llamas se extendieron, no literalmente, a otros puntos. Los cuerpos de seguridad tuvieron que sofocar un fuego en las obras de la calle Concepción Arenal. Por si fuera poco, unos vándalos echaron más leña a las tensas celebraciones al prender un colchón en la calle Alfonso VI.

La mayoría de acciones las provocaron quienes consumían alcohol en la calle. Según uno de los avisos, varios muchachos paseaban por el Parque Antonio Machado a las 4:16 horas del día 2. Estos mirandeses proferían cánticos relacionados con el fútbol. Por lo visto, la previa del Mirandés-Zaragoza llegó antes de lo esperado. 

Además, el mobiliario público se vio dañado. Los bomberos acudieron al Parque Antonio Cabezón y allí encontraron algo muy inusual. Unos vándalos habían intentado arrancar la señal de «parque infantil». Y casi lo consiguen.

Durante la Nochevieja, las fiestas ilegales se multiplicaron. En algunos pubs los dueños no tenían licencia para abrir tantas horas y siete de ellos fueron reprendidos. Los ciudadanos reunidos en locales y domicilios particulares también ampliaron el parte. Los miembros del cuerpo se personaron en dos casas y tres lonjas, pero no abrieron diligencias en ninguna.

Finalmente, cuando solo se acumulaban siete horas en el reloj de 2022, los agentes mediaron en una brutal pelea. Dos numerosos grupos se enzarzaron e intercambiaron golpes. El desencuentro se saldó con un agredido al que atendieron los Servicios Sanitarios.