Las empleadas de ayuda a domicilio reclaman más protección

ADRIÁN DEL CAMPO
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Afirman que atienden hasta a siete hogares en un día con un par de mascarillas y batas de usar y tirar

El equipo de una auxiliar: la pantalla rota, la mascarilla aportada por el Ayuntamiento y la comprada por la propia trabajadora. - Foto: DB

Las empleadas del servicio de ayuda a domicilio de Aranda de Duero han dado un paso al frente para contar las condiciones en las que están trabajando durante esta crisis del coronavirus. La plantilla de  48 personas coincide en denunciar que están trabajando con equipos de protección insuficientes. Hablan de jornadas en las que tienen que atender hasta siete hogares con protecciones de un solo uso que se ven obligadas a reutilizar al día siguiente y así hasta completar sus turnos semanales. 

"Cuando empecé mi semana de trabajo me dieron dos batas de usar y tirar, dos mascarillas, una pantalla que se me rompió el primer día porque era de plástico de nada, era malísima, y unas gafas. Y a mí me dieron dos, a algunas compañeras les han dado solo una protección. Eso que me facilitaron no sirve ni para una sola jornada y en cinco días no me han dado nada más", explica una de las auxiliares del servicio municipal para después añadir que todo se agrava al tener que ir hasta a siete casas por día. "Te puedes imaginar", apostilla.

Las trabajadoras de ayuda a domicilio declaran que ellas quieren "ir a todos los hogares", que no se niegan a trabajar, pero reclaman "medidas para ir a gusto, no para ir estresadas". "Ayer (por el viernes) salí fatal, que si me encuentro a un perro me como yo al perro antes él a mí. Porque vas con presión, no vas segura. Yo creo que nos tendrían que facilitar otros medios que nos protejan más", incide una de las auxiliares.

En la plantilla de ayuda a domicilio remarcan que no disponer del material adecuado pone en peligro tanto a los usuarios, en su mayoría personas mayores, como a ellas mismas. Afirman que ya tienen "una compañera contagiada" y otra "en observación" y mientras no les hagan tests no sabrán si el resto ha cogido el virus. Esto es muy peligroso en su oficio ya que como aclaran tienen que mantener contactos muy directos con los beneficiarios, ponen como ejemplo tener que bañar a las personas, desplazarlas en el caso de las que están impedidas... "Yo trabajo con una encamada con esclerosis múltiple que la tengo que mover completamente", añaden desde el servicio.

Falta de información. Las empleadas de ayuda a domicilio en Aranda también acusan una ausencia de información. "Nadie nos ha dado ninguna pauta de actuación". "Ellos qué van a saber si no conocen los servicios. No creo que sepan ni la mitad de lo que hay", asevera una de las empleadas en alusión a la empresa.

Ante esta falta de una guía de buenas prácticas, son las propias empleadas las que están decidiendo cómo desinfectar los equipos, en qué vivienda priorizar las batas e incluso como complementarlos. Algunas han añadido mascarillas de mayor protección a las dadas por el Ayuntamiento de Aranda o han tirado de monos de trabajo.

Desde que empezara la crisis sanitaria, las auxiliares han estado trabajando con turnos con entre cuatro y ocho compañeras operativas, aquí tampoco les han dicho cómo van a recuperar las horas porque abril lo cobraron completo. El comité también ha intentado contactar con la alcaldesa, pero sin éxito. En la plantilla declaran que solo quieren visibilizar su situación para ver si alguien las puede ayudar.