Cuenta el concejal de Cultura y Festejos del Ayuntamiento de Aranda de Duero, Emilio Berzosa, que los gigantillos de la capital ribereña siempre se guardaban en el antiguo edificio de la Banca Pecho y que, durante años, los niños llegaban corriendo hasta la puerta y, a través de un agujero que había en una cerradura, miraban estas figuras. Desde ayer no harán falta mirillas. Los gigantes y cabezudos han tomado el escaparate de la remodelada Banca Pecho, que podría inaugurarse antes de fin de año. 

Lo hacen, además, con vocación de permanencia. Es decir, que esta tradición, muy viva en la capital ribereña, se podrá disfrutar los 365 días del año con algo tan sencillo como un paseo por la Plaza Mayor. 

Los elegidos para debutar han sido el rey y la reina, junto con Fortu y Pilar, dos personajes típicos de Aranda que forman parte del Cancionero. Después llegará el turno de las otras 50 figuras que atesoran en la Asociación de Gigantes y Cabezudos de Aranda. Desde el Alforjillas hasta Manolete, una bruja o el temido chino. "Ya tenemos ganas de ver a niños y mayores disfrutando de esta tradición", admitió su presidente, Santiago Bustillo. 

Por su parte, la alcaldesa, Raque González, avanzó que cada tres meses se cambiará un escaparate en el que también hay hueco para los trajes regionales. "Es una forma de dar a conocer nuestras tradiciones", apuntó, agregando que el proyecto pretende convertirse "en un atractivo turístico más".