Mariano Ortega ha sido presentado en la tarde de hoy jueves de manera oficial como nuevo entrenador del Tubos Aranda Villa de Aranda. Lo ha hecho en rueda de prensa celebrada en la pista central del Príncipe de Asturias y con el presidente del club, Eusebio Martín, como principal cicerone en un discurso en el que el entrenador barcelonés ha querido agradecer a la entidad ribereña su llamada para dirigir al equipo, pero también la dedicación y el trabajo previo realizado con anterioridad en el proyecto tanto por el entrenador asturiano Alberto Suárez como por la preparadora madrileña Sara López.

«Coger a un equipo en una situación como ésta con la temporada iniciada es un reto, pero también un desafío en un club con la historia del Villa de Aranda», ha valorado el técnico de Esparraguera ante los medios en tono humilde y sin querer convertirse «en sustituto de nadie ni salvador de nadie», como él mismo ha indicado, pero también con el franco convencimiento en sus palabras de intentar, a través de su experiencia, y sobretodo «las ganas e ilusión» con las que llega, trabajar por intentar hacer «crecer» al equipo.

Al equipo y a sí mismo como entrenador. Una lucha que ha comenzado este pasado martes con tan sólo once jugadores de plantilla fruto de la actual situación social y sanitaria que se vive por la covid, y que ha afectado también de primera mano al vestuario del Duero.

«No ha sido fácil empezar los entrenamientos», ha relatado con sinceridad Ortega. Primero por las propias bajas existentes. Segundo, porque «la planificación que hay que hacer», y que normalmente suele ocupar «unas seis semanas» en pretemporada, se ha tenido que reducir a apenas una y media por tener que jugar el equipo en 15 días su primer compromiso liguero de 2022 frente a Cisne.

Condicionantes que le han obligado a permutar aspectos técnico-tácticos como «ataques, defensas, superioridades, inferioridades contragolpes o varios sistemas defensivos» que el catalán quería empezar a desarrollar con sus nuevos pupilos, y que se han visto relevados a un segundo plano por aspectos físicos que poder llevar a cabo fruto de las circunstancias.

Ahora bien, ante las primeras adversidades, éste no ha querido sino mandar un mensaje positivo tanto a la afición, a la que ha animado a «remar todos en la misma dirección y ayudarnos», como a sus jugadores por el compromiso y las ganas mostradas tras su aterrizaje en la capital ribereña. Y es que, al igual que ya relatara para DB el presidente Eusebio Martín, Ortega cree que «hay un equipo competitivo». Más allá de compartir con el club que algún jugador deba salir por «informaciones unánimes», ha finalizado, y porque «si no ha funcionado con dos técnicos antes, con uno nuevo, y en una semana, muy difícilmente va a hacerlo».