Hoy ha comenzado una nueva campaña de excavaciones arqueológicas en Covaneria (Cornejo, Merindad de Sotoscueva), un yacimiento descubierto por el Grupo Espeleológico Edelweiss (publicado en 1986) y expoliado en 2017. Tras ese desagradable descubrimiento, la Junta de Castilla y León aprobó una intervención que permitiera contextualizar esta galería funeraria.
En la misma, desarrollada en octubre de
de 2018, se recuperó un importante conjunto funerario que ha proporcionado numerosos huesos humanos de al menos 19 personas, 12 de las cuales son niños, con edades comprendidas entre un neonato a los 12 años. También hay siete adultos, dos de ellos jóvenes de entre 20 y 25 años y los cinco restantes adultos de más de 35 años. El depósito funerario está asociado a abundantes fragmentos de cerámicas prehistóricas, que conforman grandes vasijas y pequeños cuencos. Estos restos parecen apuntar a la presencia simbólica o ritual de un espacio singular de carácter sepulcral, un lugar especial situado en una estrecha y colgada grieta, en donde se depositaron los restos de niños y adultos dentro de la tradición de enterramientos colectivos en un momento incierto entre el Neolítico y la Edad del Cobre.
Nueva campaña en el yacimiento expoliado de Covaneria - Foto: AIOM/MAMMEn el presente año, la Junta de Castilla y León ha vuelto a encargar los trabajos de excavación, estudio y analíticas a la Fundación Atapuerca, con la arqueóloga Ana Isabel Ortega Martínez al frente de la intervención y el antropólogo Antonio Molina como encargado del estudio de los restos humanos. Participan miembros del CENIEH, Universidad de Alcalá de Henares y Grupo Espeleológico Edelweiss. Se prolongará, en principio, hasta el 12 de septiembre.
Los nuevos restos que aparezcan deberán ser entregados al Museo de Burgos y el informe con los resultados de la excavación, analíticas y dataciones, a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León.
EN OJO GUAREÑA
Covaneria es una de las cavidades que forma parte del Complejo Kárstico de Ojo Guareña, declarado Bien de Interés Cultural desde abril de 1970. No conecta con la red principal de Ojo Guareña, debido a la colmatación total de sedimentos de su tramo final, aunque su morfología hace evidente que se trataba de una de las paleosurgencias más elevadas del complejo.
En 2017 fueron hallados abundantes restos humanos esparcidos por el suelo del conducto, que se recuperaron y se depositaron en el Museo de Burgos.