Mano dura con autobuseros que insulten y falten al respeto

L.M.
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El Servicio de Movilidad acuerda actuar contra un grupo reducido de empleados que copan la mayoría de denuncias. Se iniciarán estudios y posibles castigos ante la reiteración de estas malas actitudes

Mano dura con autobuseros que insulten y falten al respeto - Foto: Patricia González

El Servicio de Movilidad y Transporte ha decidido ponerse manos a la obra y tratar de atajar el problema de las denuncias de usuarios de transporte público hacia un grupo reducido de conductores de autobús urbano. Durante los últimos meses, las quejas y sugerencias recabadas por el Consistorio han levantado la voz de alarma en varios casos puntuales de empleados municipales, que contestan de malos modos a los pasajeros, muestran actitudes poco profesionales durante su jornada laboral, no expiden el tíquet obligatorio para los menores que viajan gratis o se niegan a desplegar las plataformas para personas con movilidad reducida en las paradas. Durante el consejo celebrado ayer se expusieron los resultados del último informe, correspondiente al tercer trimestre de 2018, en el que las quejas de este estilo alcanzaron las 14. No obstante, si se amplía el criterio a seguir, incluyendo por ejemplo cuestiones como conducción inapropiada, una de las más habituales, se eleva hasta superar el medio centenar.

De esta manera, y con el voto a favor de todos los representantes municipales, el presidente delServicio Jorge Berzosa ordenó a los técnicos del área que, a partir de hoy mismo, todas las denuncias con tal gravedad conlleven, de manera inmediata, la apertura de un expediente. Una vez iniciado el proceso, se estudiará y valorará la queja, y si es procedente, aplicar la sanción correspondiente y adecuada. «He solicitado que se adopten más medidas en este tipo de casos y darle prioridad a este tema», explicó Berzosa, que reiteró que son «muy poquitos» los empleados de los que se reciben quejas.

Esta forma de actuar, sin embargo, ya se ha instruido hace unas semanas un expediente disciplinario que ha conllevado la suspensión de empleo y sueldo durante dos días de un conductor.

«Que a los burgaleses que toman habitualmente el transporte público se les trate mal no es lo más normal. Que pase mes tras mes y no se haya reaccionado, aunque se tomen medidas y se fracasen, no es de recibo», denuncióVicente Marañón, concejal de Ciudadanos, que recriminó la falta de una política preventiva durante los últimos años para atajar esta cuestión «tan delicada».

Por su parte, desde la bancada socialista, AntonioFernández Santos, recordó que las quejas «sirven para que la administración sepa qué cosas no van bien y trate de subsanarlas».

«comprensión». Esa es la reivindicación que lanzaron desde el comité de empresa de los conductores de autobús ante las quejas, que califican como «un porcentaje muy poco elevado, ya que han sido 15 y tratamos con un millón de personas al mes, de todos los estados de ánimo.Los primeros interesados en que no haya quejas somos nosotros.Pedimos comprensión porque también somos seres humanos».

Con respecto a la apertura de sanciones a aquellos autobuseros que reporten más quejas de carácter grave, admitieron que «estamos de acuerdo en la apertura de expedientes informativos porque es la mejor manera de que cada parte exponga su versión.Como trabajadores es el mejor método de defensa. Una vez abierto, es potestad de la empresa seguir con los cauces administrativos necesarios», aseguraron.

Además, reclamaron a todos los concejales del Ayuntamiento de Burgos «que cojan más al autobús urbano», y de esta manera puedan observar su forma de trabajar y la problemática a la que se enfrentan cada día. «A lo mejor se ven las cosas diferentes», sentenciaron.