La guardería privada Mis amiguitos, que cerró en octubre del pasado año por falta de usuarios, podría tener una segunda vida, si sale adelante el proyecto de Gemma Sopa, una educadora infantil con 15 años de experiencia en dos guarderías de la comarca, que proyecta su reapertura. Esta profesional, que estaría dispuesta a rescatar a una de las antiguas trabajadoras de esta guardería y ya ha llegado a un acuerdo con su propietaria, comenzó ayer a dar a conocer su proyecto para reunir los 10 niños que necesita para poder optar a la firma de un convenio de colaboración con el Ayuntamiento.

El cierre el pasado día 1 de la única guardería privada que seguía abierta, Liliput, por falta de viabilidad económica, llevó al equipo de gobierno a reaccionar y firmar un convenio de colaboración con sus titular en pocos días. En virtud a ese convenio, la propietaria de Liliput, Pilar Robles, que reabrió el pasado lunes, recibirá una compensación de 2.000 euros mensuales, siempre y cuando mantenga una matrícula de 10 niños.

El alcalde, Adrián Serna, ya avanzó que si Mis amiguitos u otra guardería abrían sus puertas, este convenio estaba a su disposición para garantizar en Villarcayo este servicio esencial. Gemma Sopa, quien agradece este apoyo municipal, abrirá solo si llega a los 10 niños y puede optar al convenio municipal, que tiene un año de vigencia.

Esta profesional se compromete a poner en marcha un proyecto de Educación Infantil que vaya más allá del cuidado básico de los niños y espera poder reunir los suficientes para reabrir. Pero en el mejor de los casos, los trámites burocráticos harán que no pueda hacerlo hasta primeros de octubre. En principio, el horario del centro será de 8 de la mañana a 4 de la tarde, aunque está dispuesta a adaptarse a las necesidades de las familias.