La inversión extranjera toca suelo con el segundo peor dato

David Alonso
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Castilla y León recibe poco más de 18,5 millones de otros países durante los tres primeros trimestres de 2018, la mitad que en el mismo periodo del año pasado y casi seis veces menos que en 2014

Imagen exterior de un polígono industrial - Foto: Alberto Rodrigo

Año nefasto para Castilla y León en cuanto a inversión extranjera se refiere. Durante los nueve primeros meses del año la Comunidad solo logró captar 18,6 millones de euros de fondos del exterior, la mitad que en el mismo periodo de 2017 y anota su segundo peor dato de la última década. Según las cifras que maneja elMinisterio de Industria, la región pasó de recibir 150 millones en 2014 a los poco más de 18 del presente curso, excluyendo las entidades de tenencia de valores extranjeros (EVTE). Un retroceso que continúa la tendencia bajista iniciada el curso anterior y que ya supuso un retroceso superior a los 13 millones y que choca frontalmente con la evolución experimentada por el conjunto del país, que en los nueve primeros meses del año atrajo más fondos extranjeros que en todo el año anterior, con más de 35.000 millones, frente a los 27.100 de todo 2017. Unas cifras que evidencian que batacazo de la Comunidad no se debe a una coyuntura nacional sino a una particularidad autonómica. 

Desde el Consejo Económico y Social ya avisaron en su informe anual de la «importante y preocupante la caída de fondos procedentes de otros países». Hay que tener en cuenta que esta estadística solo contabiliza inversiones realizadas en empresas que tengan su sede fiscal en la Comunidad, es decir, que si una firma extranjera invierte en una planta propia en Castilla y León pero su domicilio fiscal está en otra región, no computa a ojos del Ministerio, es el conocido como ‘efecto sede’.

Por su parte, la patronal autonómica acusan a la «inestabilidad política» que ha vivido el país durante el pasado año como una de las causas que se esconden detrás del retroceso en las inversiones extranjera en la Comunidad. «Es un cúmulo de cosas, por una parte la inestabilidad política, que ha retraído mucho las inversiones y por otro lado la fiscalidad que tiene Castilla y León, que es una rémora para los agentes internacionales», explica el presidente de Cecale,Santiago Aparicio, que recuerda que las «penalizaciones fiscales» ahuyentan a las firmas.

Analizando los datos desagregados, queda patente como el frenazo de las posiciones europeas ha lastrado el resultado final, ya que los distintos países del viejo continente dejaron de invertir en Castilla y León 25 millones en solo un año, pasando de 32 a siete millones. Durante la última década, la media de inversiones extranjeras en la Comunidad ha rozado los cien millones anuales, una cifra muy lejana de los menos de 20 captados entre enero y septiembre del año pasado. 

Por países, Australia se ha convertido en el principal inversor con algo más de 7,1 millones de euros, seguido de Alemania, con casi cuatro y Suiza con 2,1. En cuanto a los sectores productivos, la extracción de minerales metálicos, con 7,12 millones acapara casi la mitad de las posiciones internacionales en Castilla y León, seguido por los suministros de energía, con casi cuatro millones, y la fabricación de productos metálicos, excepto maquinaria, con dos millones.

«Aquí tradicionalmente el dinero foráneo ha tenido presencia en el sector manufacturero», señala Ramiro García, coordinador del máster en Desarrollo Económico Regional y Local y Gestión del Territorio de la UVA, que, sin embargo, cree que en el caso de Castilla y León, el ‘efecto sede’ «tiene muy poca influencia», y sostiene que en «economías pequeñas», los datos de inversión dependen de «grandes operaciones puntuales».