Diego Urdiales planta cara a Roca Rey por naturales

LETICIA ORTIZ
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El diestro riojano, que entró en el cartel por la inesperada retirada de Ponce, cuaja la faena de la Feria de San Pedro con un toreo templado y profundo. El torero peruano vuelve a conquistar Burgos con su raza y entrega

Diego Urdiales planta cara a Roca Rey por naturales - Foto: Jesús J. Matías

Fue en 1999 cuando el riojano Diego Urdiales se convertía en matador de toros en la ciudad francesa de Dax, con Paco Ojeda como padrino de la alternativa y Manuel Díaz, El Cordobés, como testigo. Dos décadas después, Urdiales hizo el paseíllo desmonterado en Burgos porque nunca antes había pisado el albero de la capital. Y si lo hizo en la tarde de ayer fue gracias solamente a una sustitución tras la inesperada retirada de Enrique Ponce que, menos de 24 horas antes de su cita en El Coliseum, hizo público un comunicado en el que anunciaba su adiós a los ruedos «por tiempo indefinido». Para que vean como es el toreo y lo complicado que es luchar desde la independencia en los despachos que ha marcado siempre la carrera del torero de Arnedo.

Y de esa puerta de atrás por la que entró en la Feria a la Puerta Grande por la que abandonó la plaza después de dejar escrita una de las páginas más bellas de los últimos años en Burgos ante Bailarín, un toro de Torrealta que, como alguno más de la tarde, embistió con calidad, bondad y nobleza, aunque al límite de la casta. Pero que pitón izquierdo tenía... Y lo vio rápido el arnedano que cambió pronto a la mano de los billetes tras un inicio de faena por derechazos. Brotaron los primeros naturales muy al son del animal, con el matador cuidando al máximo al animal para evitar que, como los anteriores, se viniera abajo en plena lidia. Y a fe que lo consiguió, porque tras un par de tandas más, que asentaron a ambos protagonistas, llegó la tanda de la Feria. Y de muchas ferias.

(La crónica completa, balance de la fiesta y protagonistas, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)