La ciudad no es ajena a los efectos del cambio climático y conviene empezar a adaptarse. Según el Plan de Acción para la Energía Sostenible y el Clima (PACES), encargado por el Ayuntamiento a la empresa Everis Energía, la previsión es que en el año 2100 las temperaturas máximas se incrementen en 2,04 grados centígrados respecto a las actuales.
Lógicamente ese aumento tendrá consecuencias en los cultivos, que necesitarán más agua, en los procesos industriales, que requerirán más refrigeración, y en los edificios, que verán incrementado el gasto de energía para climatización en épocas de mayor ocupación en la ciudad. Sin embargo, el estudio apunta a que el aumento de la refrigeración será «inferior a la disminución en necesidad de calefacción».
Además, el aumento de las temperaturas redundará en más incendios forestales y golpes de calor en las personas. Sin embargo, ese el aumento de noches y días cálidos favorecería el turismo y ampliaría el calendario en el que los foráneos acudirían a la ciudad. De modo, que en este ámbito la ciudad ganaría y sería más atractiva para los visitantes, dado que ahora somos famosos por el frío.
El cambio climático también traerá menos precipitaciones y ello afectará a algunas explotaciones agrícolas que todavía quedan en la ciudad, y en la salud de los burgaleses, una población cada vez más envejecida.
Elplan de acción plantea ponerse a trabajar para incrementar el arbolado y la vegetación urbana con especies autóctonas y adaptadas a las condiciones climáticas actuales y futuras del municipio, así como modernizar los sistemas de regadío para hacerlos más eficientes y reducir el gasto de agua.
Paralelamente, se recomienda recuperar las vías pecuarias y caminos vecinales del municipio para generar una red de vegetación interconectada, así como favorecer la naturalización de las zonas forestales. Las labores de poda, desbroce y recogida de resto de vegetales deberán ser una constante para cumplir con el Plan de Gestión del Cinturón Verde diseñado por el Ayuntamiento.
También se hace especial hincapié en el fomento de la limpieza ecológica de los cauces de los ríos para evitar posibles inundaciones.
El documento incide en la necesidad de apostar por construcciones más sostenibles en los ámbitos que dependan del Ayuntamiento (ya se está haciendo en el caso de la nueva escuela infantil de Río Vena), la instalación de envolventes en los edificios y en la optimización del consumo del agua, tanto en el ámbito industrial como en el de los hogares.
Finalmente, se recomienda llevar a cabo campañas de sensibilización entre la población sobre los efectos del cambio climático y su adaptación al mismo.