La dirección de Atención Primaria, así como los representantes de los sindicatos, colegios profesionales y trabajadores de los centros de salud de la capital rechazaron ayer de forma tan unánime como airada la última propuesta de reorganización de las urgencias ambulatorias de la Consejería de Sanidad para la capital:completar la asistencia que se prestará a partir del 3 de febrero en el Punto de Atención Continuada (PAC) único del Divino Valles con consultas específicas para urgencias de lunes a jueves por la tarde en los centros de salud de Las Torres, Cristóbal Acosta (o López Saiz) y San Agustín.
Este planteamiento no es nuevo -la Consejería de Sanidad lo anunció punto por punto en noviembre- pero tanto la dirección como los trabajadores de Atención Primaria creyeron que no se llegaría a aplicar porque, reiteran, no hay médicos suficientes como para simultanear guardias en cuatro sitios diferentes. Y así, unos con su proyecto y otros con su conocimiento de la realidad, se encontraron ayer a mediodía en una reunión que parte de los asistentes tildaron de «intensa» y otros fueron más allá para afirmar que había sido «decepcionante», «bochornosa» e, incluso, «un espectáculo lamentable».
El responsable de Urgencias y Emergencias en la Consejería de Sanidad, Pedro Arnillas, vino ayer a Burgos para explicar ante el equipo directivo, representantes sindicales, organizaciones colegiadas y profesionales lo que ya dijo en noviembre. Es decir, que además del PAC unificado en el Divino Valles (que fue una propuesta del Colegio de Médicos secundada por toda la plantilla) iba a haber unas urgencias «de proximidad» en tres centros de salud. Entonces ya se dio por seguro que uno iba a ser San Agustín (todavía PAC único para todo Burgos con horario diurno y nocturno), otro el Cristóbal Acosta (o el López Saiz, que está pegado) y ayer se despejó que el tercero iba a ser el de Las Torres.
Sin embargo, lo que estas semanas no se había comentado tanto y ayer se presentó como decisión tomada fue que las guardias en las consultas específicas para urgencias de esos tres ambulatorios tenían que hacerlas los médicos de los centros de salud urbanos. Y ese fue, precisamente, el detonante del conflicto laboral sin precedentes que se vivió en la capital en enero de 2019. «Volvemos a estar como en enero del año pasado, pero peor», señalaba ayer un representante sindical que estuvo en la reunión, antes de añadir que «todo el esfuerzo que ha hecho la dirección de Primaria por atraer y contratar médicos para Burgos va a quedar en nada porque, con esta perspectiva, se van a marchar».
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