Una persona murió ayer por la covid en uno de los hospitales de la provincia, en los que han fallecido por la infección en las vías respiratorias 780 enfermos desde el comienzo de la crisis sanitaria, hace año y medio. En las residencias murieron otras 306 personas, sobre todo durante la primera y segunda oleadas, por lo que son más de un millar los burgaleses que han perdido la vida en pandemia por causas directamente atribuibles al SARS-CoV-2. La mortalidad, por lo tanto, sigue siendo el único indicador que no manifiesta el retroceso de la quinta oleada, por lo demás patente en el resto de datos que se usan para medir la evolución de la pandemia.

En lo epidemiológico, por ejemplo, la Junta notificó ayer 30 positivos, que son casi los mismos que se declararon el último lunes de agosto (33). Eso garantiza que las incidencias siguen disminuyendo, aunque de forma muy progresiva. Donde apenas se aprecia evolución es en las residencias de ancianos, donde la semana ha comenzado con 80 personas con infección activa; un volumen similar al de todo agosto.