Íker Antonio, o el descanso del guerrero

J.A.D.C.
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El jugador irundarra se retira definitivamente de las pistas tras una larga carrera deportiva. Aranda y Burgos, quedarán siempre en su memoria

Casi diez años han transcurrido desde la llegada de Íker Antonio a tierras burgalesas de la mano del Villa de Aranda (hoy Blasgón y Bodegas Ceres), hasta su retirada este curso en el UBU San Pablo - Foto: Julio Calvo y Luis Lçopez Araico

Llegó el momento de ‘colgar las botas’, como popularmente se conoce a la expresión, para el polivalente lateral guipuzcoano Íker Antonio Marcos (Irún, 11/12/1984). Lo hace a orillas del Arlazón y, posiblemente, a la sombra de una de las catedrales más bellas -sino la que más-, de toda la geografía española, pero también tras haber cosechado recientemente un brillante ascenso a DH Plata con el UBUSanPablo Burgos por primera vez en la historia del club.

La decisión, totalmente meditada, y conocida por Nacho González desde el pasado mes de julio, ha sido «difícil de tomar», como apunta, porque «quería retirarme en la pista» y porque, al final, «son muchos años los dedicados a lo mismo y con unas rutinas muy marcadas». Es por ello que, «aunque seguramente en invierno empiece a echarlo de menos y me suba un poco por las paredes», añade, «creo que todo son etapas y ésta para mí ya ha terminado».

Un poco de forma forzosa porque se ha producido de una manera bastante abrupta a pesar de que «yo ya lo tenía más o menos meditado y sabía que si ascendíamos en la pista me iba a retirar sí o sí», pero también porque, «según está la situación ahora, es sin duda lo mejor». Principalmente por «cómo está de complicada la situación a nivel sanitario», valora, pero también porque durante el último año la vida le ha cambiado mucho con la llegada de su primer hijo. Un punto de inflexión vital esencial a la hora de evaluar el futuro y por el que, sentencia, «creo que es lo que hay que hacer».

Con su retirada, Iker Antonio deja atrás una larga vida dedicada al deporte del cuarenta por veinte (15 temporadas), y varios equipos notables dentro de su currículum como profesional del balonmano: CD Bidasoa (club de su ciudad donde llegó a debutar en la máxima categoría y en el que estuvo enrolado cinco temporadas en dos etapas diferentes), Grupo Covadonga (un año en DH Plata), Helvetia Anaitasuna y BM Guadalajara (un y dos cursos respectivamente y donde también compitió en Asobal), Villa de Aranda (su ‘segunda casa’ con cuatro temporadas en dos épocas), y UBU San Pablo Burgos (otras dos).

 

FUTURO. Lo qué vendrá a partir de ahora es algo que, por el momento, no preocupa en exceso al ya exjugador del UBU San Pablo. Iker Antonio sabe que los caminos por escribir son normalmente inciertos y que, precisamente por eso, hay que asumirlos con ilusión.

Ejemplo claro de ello, como manifiesta, es su reciente estancia de dos años en la capital burgalesa. Una plaza a la que llegaba sin ningún tipo de pretensión y a modo de «prórroga» antes de la retirada definitiva por ser un lugar cercano a casa, pero en el que, «se complicaron» (ríe), -bendita complicación-, para aparecer ante él un proyecto ambicioso que, a la postre, acabaría desembocando en un histórico ascenso para al ciudad. Con todo y con ello, finaliza, espera poder seguir vinculado al balonmano ya que, como advierte, éste «necesita el apoyo de todos».