A punto de finalizar el mes de septiembre, docentes, familias y alumnado han comenzado a hacerse a la idea de que el coronavirus ocupará un puesto más en las 3.000 aulas que hay en la provincia lo largo de este curso. Hasta el momento han tenido que cerrar un total de 47 clases (cinco ayer, cuatro más hoy) para que sus alumnos guardaran cuarentena, lo que ha llevado aparejado pruebas PCR para todos los alumnos de las mismas. Hasta este lunes se habían realizado más de 400, en concreto 466, y solo 5 habían dado un resultado positivo, lo que pone de manifiesto que los centros escolares son «seguros», tal y como reiteran las autoridades educativas. De hecho, todos los contagios se han producido fuera de ellos.
Los alumnos de las primeras aulas que se pusieron en cuarentena en segunda semana de septiembre ya han vuelto a las mismas. Son los casos del colegio público Juan de Vallejo (primero de Primaria) y del concertado San José Artesano y Santa María la Nueva (medio grupo de primero de Infantil, un grupo de segundo y otro de tercero). «Todos los grupos han vuelto con absoluta normalidad. Esperamos que la situación se estabilice y se produzcan menos contagios», aseguró la directora del Artesano, María del Mar Rubio.
En parecidos términos se pronunció la del Juan de Vallejo, Beatriz Torres, aunque este centro mantiene otro aula de segundo de Infantil, que se cerró días más tarde del primer caso.
Cabe recordar que en aplicación del protocolo covid, la Junta obliga a hacer cuarentena a todos los alumnos de un aula en la que se ha dado un positivo en los niveles de Infantil (primero, segundo y tercero) y primero de Primaria al tratarse de grupos estables de convivencia o ‘grupos burbuja’. En estas aulas no se usa mascarilla y, por ello, se hacen PCR a toda la clase y a los docentes que hayan estado en contacto con los alumnos.
Sin embargo, en el resto de niveles educativos no se adopta esta medida cuando hay un positivo debido a que tanto docentes como estudiantes llevan mascarilla y se respeta la distancia de seguridad de 1,5 metros en la disposición de los pupitres, así como la adopción de otras medidas adiciones como ventilación o uso de geles hidroalcohólicos.
Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Centros Públicos (FAMPA), su presidente Francisco Sánchez, exige mayor celeridad a la hora de realizar las pruebas (la Junta se comprometió a hacerlas en 36 horas). «Ha habido alumnos en cuarentena que han vuelto a las aulas sin haberles hecho las PCR, lo que genera una gran inseguridad e incertidumbre a las familias, especialmente en Miranda», afirmó, al tiempo que criticó el mal resultado que está dando un servicio «privatizado».
La cinco aulas cerradas este lunes están en los colegios La Charca, Altamira y Anduva, en Miranda de Ebro, Campolara en Burgos y Petra Lafont en Tardajos. Todas son de Primaria menos la de Altamira.
Hoy, la Junta ha puesto en cuarentena otras cuatro clases, todas de Educación Infantil, en los colegios Vera Cruz (Quintanar de la Sierra), Santa María (Aranda de Duero) y dos más en los centros Nuestra Señora de Altamira y Altamira, ambos de Miranda.