La tristeza deja paso al júbilo en el Anuncio Pascual

I.L.H.
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La procesión que da por terminada la Semana Santa concluye en la plaza del Rey San Fernando con cánticos, jotas y tambores frente a los pasos de Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría. El arzobispo reparte bendiciones "a vivos y difuntos"

La tristeza deja paso al júbilo en el Anuncio Pascual - Foto: J.J.M

Se acabaron los capirotes que ocultan los rostros, la solemnidad teñida de tristeza y las procesiones en silencio. El anuncio de la resurrección de Jesús otorga a la Semana Santa la posibilidad de quitarse sus corsés para dar rienda suelta a la alegría. Por eso, en el encuentro entre los pasos de Jesús Resucitado, vinculado a la parroquia de la Sagrada Familia, y la Virgen de la Alegría, de San Nicolás, se bailaron jotas, se cantaron canciones a capela y con instrumentos y los niños de la banda infantil tocaron sus tambores.

Antes de que ambas tallas se encontraran en la plaza del Rey San Fernando, las dos cofradías recorrieron el centro desde sus respectivas ubicaciones. Una vez a los pies de la Catedral, el arzobispo Fidel Herráez dirigió unas palabras al público asistente, repartiendo bendiciones "para vivos y difuntos y para toda la iglesia diocesana".

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Tras el acto, ambas cofradías se marcharon juntas por la calle de La Paloma dando por terminada la Semana Santa.