La Diócesis no se plantea salvar la iglesia de Villanueva

S.F.L.
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El mal estado tras el derrumbe del tejado y el hecho de que no se oficie misa allí hacen que no considere prioritaria la reforma

El templo ha quedado inaccesible pese a que únicamente se ha desplomado la cubierta de madera. - Foto: DB

La Diócesis de Burgos no destinará fondos para rehabilitar la iglesia de Villanueva de los Montes, cuya cubierta se vino parcialmente abajo el pasado jueves por la falta de mantenimiento. Fuentes de la institución religiosa declaran que «no suele ser habitual invertir» en templos que permanecen en tan mal estado y que se encuentran cerrados al culto. A pesar de ello, un perito del Arzobispado realizará una inspección ocular este jueves para evaluar la dimensión de los daños.

Para que se lleve a cabo una reforma en un inmueble religioso debe de aunar al menos dos características: un valor artístico importante y que una comunidad cristiana se reúna en el espacio. En el caso de la iglesia de San Román, parte de su patrimonio más significativo se custodia desde hace tiempo en Oña y en Burgos. Asimismo, la iglesia permanece cerrada al culto por su precario estado desde hace más de doce años, por lo que la institución religiosa no contempla su restauración.

Tras la visita del técnico se tomarán decisiones sobre los pasos  a seguir, aunque en estos casos se suele «cercar el terreno para evitar que la gente acceda a su interior y así evitar daños personales», afirma el vicario general de la diócesis, Fernando García Cadiñanos.

Actualmente, en Villanueva residen siete personas y todas ellas lamentan el derrumbe. «El valor sentimental es mucho mayor que el material», declara una vecina. Son muchos los recuerdos que afloran con el hundimiento de parte de la cubierta. «Me entristece ver que la cantidad de escombros y vigas caídas  hacen inaccesible el lugar dónde se casaron mis padres y donde fuimos bautizados mis hermanos y yo», manifiesta José Ignacio Herrán, presidente de la junta vecinal, que asegura que en más de una ocasión «ha solicitado ayudas» a la Diputación pero siempre se las han «denegado».

La estructura dañada corresponde al tejado de madera de la parte del pasillo central. Las bóvedas de piedra se mantienen. Según el párroco de Oña «no hay que lamentar daños importantes al patrimonio» ya que incluso las paredes laterales y los arcos continúan erguidos. El religioso tiene constancia de que los vecinos de la pequeña localidad se muestran dispuestos a colaborar para arreglar los desperfectos. «Cuando la gente desea algo con ganas termina por hacerse.

Existen muchas iglesias en las que no se oficia misa pero permanecen de pie porque se quieren mantener por cuestiones afectivas», expone el sacerdote.

En pueblos aledaños a Villanueva, entre los vecinos, los propios párrocos y con ayudas del Arzobispado y la administración provincial se han ejecutado varias mejoras en sus respectivas iglesias. Las de la Aldea del Portillo, Penches, La Molina, Zangández, Cubilla y Cereceda vuelven a brillar con luz propia tras su rehabilitación.