Ni en sus mejores sueños David Martín hubiera pensado en conquistar su cuarta Copa del Rey pocos meses después de llegar al Alcobendas y en el campo donde se ha formado. El director deportivo de la entidad madrileña ha vivido una jornada de ensueño, tras conquistar el Lexus Alcobendas su segunda Copa del Rey.

Los pronósticos eran inciertos, ya que la solvencia de los vallisoletanos de El Salvador son una garantía firme para la victoria. Sin embargo, no estuvieron entonados en la primer mitad y tuvieron el lastre de los golpes de castigo. Demasiadas faltas que pagaron con derrota. Cuando quisieron reaccionar ya no quedaba tiempo y se quedaron sin trofeo. 

Por su parte, la ambición del campeón se plasmó desde el minuto inicial sobre el césped de San Amaro. Se impuso con las patadas al pie y siempre comandó el marcador. Se inauguró con un golpe de castigo de Javier López, muy certero en sus lanzamientos hacia los tres palos.

Esta ventaja sirvió de impulso a los jugadores de Tiki Inchausti, quien a pesar de quedarse en inferioridad numérica -amarilla para Luciano Molina- siguió realizando muy buenos placajes y cortando las ligeras progresiones de los vallisoletanos. 

La superioridad la consiguió de las faltas de la delantera de El Salvador e hizo de los golpes de castigo su mejor arma para llegar al descanso con un prometedor 3-12. Tras el paso por vestuarios, los jugadores del Chami salieron en busca de la remontada. Su juego mejoró; de hecho llegaron dos veces a la línea de ensayo y tuvieron opciones de remontar la gran final (15-21).

La tensión se respiraba en las gradas de San Amaro -llenas pero con la distancia obligada-. El resultado era incierto. Finalmente, un nuevo golpe de castigo -el octavo para el Alcobendas- sentenciaba el partido (18-24).

Alegría desbordada en las filas madrileñas, con la representación burgalesa de David Martín, Jorge Fuente y Gavin Van den Berg, y tristeza en El Salvador, rival del UBU la próxima semana.