«Donde el médico no llega, ahí está el farmacéutico»

P. Velasco
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Entrevista con Javier Herradón, presidente electo del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Castilla y León

Javier Herradón, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Castilla y León (Concyl). - Foto: Peio García (Ical)

Javier Herradón vuelve a su «casa», el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León (Concyl), doce años después de presidirlo por primera vez, aunque reconoce que en ese tiempo «ha crecido exponencialmente». Aunque la crisis del coronavirus copa ahora prácticamente todos los proyectos del Consejo, Herradón asegura que regresa con «mucha ilusión» y con la intención de dar continuidad al trabajo de los presidentes anteriores, sobre todo la actividad asistencial y profesional impulsada por Carlos Treceño (presidente desde 2016 hasta la actualidad), y que se ha visto reflejado en iniciativas como las farmacias centinela.

A finales de septiembre será proclamado presidente del Concyl en un momento complicado sanitaria y de muchas incertidumbres. ¿Cómo afronta este reto?

Con mucha ilusión, ganas y también espero que con un poco de suerte. Yo ya fui presidente de este consejo autonómico, pero ha crecido de una manera exponencial. Detrás de mi ha habido una serie de presidentes y miembros del pleno que cuando he vuelto me he quedado asombrado de lo que tenemos ahora. Conociendo otras autonomías, quizás sea el consejo que más estructura tenga y que más organizado está de todos los de España.

¿En que línea va a trabajar?

Mi principal objetivo es respaldar a todos los farmacéuticos. Cuando hablamos del mundo de la farmacia muchas veces nos limitamos a los que prestan servicio en un establecimiento pese a ser un gran error, porque tenemos farmacéuticos que están haciendo labores super importantes y que mucha veces se nos olvida a la sociedad, como todos los que trabajan para la administración pública. En total somos 4.000 farmacéuticos, pero también se nos olvidan los de los hospitales o los rurales, que necesitan mucho apoyo porque en muchos casos están solos y durante todo el día son los únicos que resuelven los problemas sociales de la población.

Apuesta por dar continuidad a los proyectos de los presidentes anteriores, ¿cuáles son los proyectos en torno a lo que girará su gestión?

Principalmente trabajamos ahora, junto con la administración, en los protocolos de trabajo. Eso es lo urgente, porque durante todo el estado de alarma, incluso con anterioridad, nos pusimos de acuerdo en los protocolos para proteger a la población, porque la farmacia es un acceso a servicios sanitarios y es importante que sea un punto limpio. También montamos protocolos para proteger a los farmacéuticos de esa posible contaminación. ¿Qué ocurre ahora? Ahora en conjunto el equipo anterior del Concyl y el que tomará posesión, que ya trabajamos de forma conjunta, nos hemos reunido con la Dirección General de Salud Pública para adelantarnos a lo que viene preparando esos protocolos, esa forma de trabajar y la comunicación con otros profesionales, ya que muchas veces gracias a ese contacto, el paciente luego llega a la farmacia y completa la información que el médico le ha dado por teléfono pero no ha tenido un contacto directo, mientras que lo nuestro sí es directo.

Y luego en otros aspectos como la formación de nuestros profesionales, que debe ser continuada y acreditada. La formación es básica para los farmacéuticos y el Concyl quiere dar esa formación acreditada, en estos momentos a través d ellos sistemas online, para que podamos llegar a todos. Y posiblemente en el futuro desarrollaremos curso que se podrán ir rotando por todos los consejos de la Comunidad.

También considero fundamental esa relación con otras corporaciones sanitarias, porque somos un equipo. Debemos estrechar esos lazos y en esta etapa se ha demostrado que funciona muy bien. Hemos demostrado que donde el médico no puede llegar, ahí está el farmacéutico para resolver las dudas. Eso hay que reforzarlo, hay que protocolizarlos y trabajar en ello. En ese sentido se trabaja en dos proyectos que quedaron paralizados con el estado de alarma, uno de ellos es el programa de tabaquismo y otro que ya estaba en marcha como es el programa de adherencia de medicamentos, donde es importante que los tratamientos de los pacientes se tomen correctamente.

Y por último, la implantación de nuevos servicios que consoliden la farmacia como centro sanitario, donde quiero destacar el valor de la farmacia rural, esa capilaridad que tenemos para llegar a cualquier punto. O las apoyamos entre todos o pueden desaparecer, debemos ser imaginativos porque son fundamentales para conseguir que nuestra España Vaciada no se quede más vacía, porque si se apaga la luz verde de la farmacia muchas veces se acaba el pueblo porque es lo último que queda.

Los pacientes se quejan de que no son atendidos en centros de salud y todo gira en torno a la covid. ¿Os sentís el paño de lagrimas al que acuden todas esas personas que no encuentran atención en el sistema sanitario?

Más que paño de lagrimas nos sentimos parte del equipo. En estos momentos el sistema sanitario se ve presionado y estamos demostrando que somos parte de la solución. Los centros de Atención Primaria están sometidos a una presión muy importante, pero yo me siento muy orgullosos como profesional que estoy contribuyendo a descongestionar en muchos casos esa Atención Primaria. Nosotros nos hemos ofrecido siempre a ello, estamos resolviendo muchísimas dudas. El tema de la receta electrónica, de una forma consensuada con la administración, conseguimos que se activara la medicación de los pacientes para que no tuvieran que acudir a ese centro de salud y supuso un esfuerzo para la oficina. Yo creo que los profesionales sanitarios estamos jugando un papel importante y cuando todo esto vuelva a la normalidad, el valor de la farmacia se va a ver incrementado, porque creo que la población va a reconocer nuestro trabajo.

La pandemia ha supuesto un ejemplo de esa colaboración entre sanitarios, administración y farmacéuticos. ¿Debería aumentarse en el futuro?

Si, nosotros llevábamos reivindicando esto desde hace mucho tiempo, es más incluso en algunos puntos se ha conseguido esa colaboración, pero yo creo que ahora nuestra administración y nuestra consejera, que está mucho en el terreno, es más consciente de lo importante que es contar con estos centros sanitarios que son las oficinas de farmacia desplegadas por toda la Comunidad. Por ejemplo, ahora viene la campaña de vacunación de gripe y se han marcado una serie de porcentajes de vacunación para población mayor y con patologías. Pues la oficina de farmacia es un centro por el que pasan muchos pacientes que confían mucho en el farmacéutico. Es un trabajo fundamental para educar e indicar la vacunación de la gripe a todos esos pacientes que yo creo que es necesario que se vacunen. Si la administración se olvida de nosotros cuanto esto pase creo que cometerá un grave error, porque si no existiera la farmacia en estos momentos habría que inventarla porque está dando muchos resultados y solucionando muchos problemas.

Algún consejo de farmacéuticos de otras comunidades autónomas han propuesto la realización de test de la covid en las farmacias, ¿cómo valora esta medida?

En primer lugar no existen test de autodiagnóstico todavía. Yo creo que en estos momentos la Consejería resuelve el tema de los test y estamos dispuestos a todo lo que se pueda hacer, pero habría que tener en cuenta que dentro de la oficina de farmacia se tendría que atender a esas personas con todas las medidas de seguridad. No solo eso, el farmacéutico estaría expuesto en la oficina que habría que preparar para hacer esos test. Tendríamos que estar preparados con los epis y sistemas de protección. Parece ser que hay laboratorios que están a punto de sacar el mercado autotest, donde sí es importante que esté en la farmacia porque creo que es donde se deben dispensar para informar al paciente de cómo debe hacérselo, pero no veo necesario en Castilla y León que se hagan en la oficina, para eso están los centros de salud.

¿Cuándo cree que se podrá contar con una vacuna para la covid?

Yo creo que existe una ansiedad tremenda por tener esa vacuna, pero lo que no hay es que precipitarse. Un medicamento no es un producto de consumo fácil, es un producto con una serie de fases que se deben cumplir y es fundamental estar seguro de que el medicamento que se pone en el mercado va a funcionar y no va a generar ningún tipo de problemas. Debemos ser prudentes y tampoco crear ansiedad en la población.

Económicamente el sector ya estaba tocado y trabajando con las farmacias de viabilidad económica comprometida. ¿Cuál es la situación actual?

Yo creo que en estos momentos tenemos una crisis sanitaria pero también económica. Hay farmacias en el medio rural que lo están pasando francamente mal y más que una ayuda, lo que se ha hecho con ellas es un ajuste de margen que no es suficiente. Tenemos que sentarnos con esos farmacéuticos, con los ayuntamientos y con la Consejería de Sanidad, y deben ayudarnos a buscar soluciones, ser imaginativos, además de ser prácticos. Tenemos que hacer algo y para eso lo importante es entendernos, dialogar y tomar medidas. En ese sentido también venimos trabajando la atención domiciliaria de esos pacientes, hay que buscar soluciones económicas y tenemos que hablar de la sostenibilidad de la farmacia. Como por ejemplo generar pueblos residenciales, donde existe un profesional farmacéutico coordinado por un equipo, y se puede dar cobertura y mantener un espacio sanitario ahí.

Precisamente para intentar dinamizar esas zonas rurales se aprobó una ley de botiquines...

Sí, tenemos una ley de botiquines que estábamos trabajando para reformar, porque muchas veces al farmacéutico le suponía un mayor gasto abrir un botiquín, porque tenia que buscar un local. Entonces estábamos buscando fórmulas imaginativas para que los botiquines puedan acercar la medicación a ese pueblo y buscar otros sistemas para que sea remunerado, no solo por proveer el medicamento, sino todo lo que supone alrededor.

¿La transformación digital puede ser una alternativa?

Yo creo que en el caso de la farmacia la facilidad te la da que tienes una oficina a menos de 250 metros. Para mi el mundo de internet en el medicamento no tiene mucho futuro porque tienes profesionales que están cerca de ti y que no solo te entregan el medicamento, sino la labor de asesoramiento, entregarte la dispensación, preguntarte. Productos de parafarmacia sí, pero el mundo del medicamento es presencial, donde debe haber un profesional que te atienda, dispense e indique como tomar ese medicamento para que funcione.

¿Cómo funciona la receta electrónica? ¿Y su interoperabilidad entre comunidades?

Uno de mis proyectos para este mandato es trabajar en desarrollo, porque uno de los grandes problemas de la receta electrónica en esta geografía es que en Castilla y León hay que llegar hasta el último punto, y con la oficina de farmacia llegamos porque tenemos un sistema cooperativa que hacemos pedidos de medicamentos en las mismas condiciones y precio en el rincón más insospechado de la Comunidad, pero la receta electrónica hay puntos de sombra digital que no llegan las comunicaciones. Se trata de una herramienta fundamental para nosotros. Estamos trabajando con los ayuntamientos, con las diputaciones y con las empresas de telefonía para que no exista un punto de sombra en nuestra comunidad, eso supone un esfuerzo y hay que hacer una inversión.

Respecto a la interoperabilidad, Castilla y León es la Comunidad que más interopera con otras autonomías, viene mucha gente en verano y ha funcionado bien. Nosotros hemos sido de los últimos en entrar pero en Castilla y León se trata de un modelo sólido que funciona muy bien.