La industria retoma septiembre a un 90% de su capacidad

G. ARCE
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Máxima preocupación entre el empresariado ante la segunda oleada del coronavirus y también ante la «improvisación» de medidas económicas y laborales

Proceso de fabricación de calderas en la planta de Férroli en el polígono de Gamonal. - Foto: Alberto Rodrigo

El arranque de curso tras las vacaciones veraniegas ha sido más optimista de lo esperado en los polígonos burgaleses. El grueso de la industria local ha retomado el buen ritmo que alcanzó en los meses de junio y julio, tras la finalización del estado de alarma, y actualmente mantiene una carga de trabajo que ronda el 90%, un porcentaje por el que nadie apostaba a principios de la primavera. Detrás del impulso está la reacción del sector del automóvil y, en menor medida, la actividad de la agroindustria, que se está viendo lastrada por la pésima situación por la que atraviesa el turismo y el sector hostelero en general, uno de sus principales clientes. 

Pese a este esperanzador comienzo de ciclo, la preocupación entre el empresariado burgalés es máxima ante las consecuencias negativas que pueda tener en el día a día de las empresas y de la economía local una segunda oleada de contagios que ya es una realidad y, también, ante la «improvisación» en las medidas que se están adoptando para sostener a todas aquellas empresas y empleos que se han quedado en el filo por la situación sanitaria. Y todo ello agravado por la descoordinación y la confusión de criterios entre las diferentes autonomías, incluso entre las que son vecinas. 

De todas estas cuestiones se habló el pasado jueves en el primer comité ejecutivo presencial que se ha celebrado en la Casa del Empresario desde el comienzo de la crisis de la covid-19 (la cita estaba prevista a primeros de mayo pero se aplazó por la situación de confinamiento). En el mismo, se constató que septiembre ha empezado con «más agilidad» de lo previsto en la industria, en la que se han desactivado los ERTE que se registraron a mediados de marzo. 

El metal y el automóvil en particular «están recuperando su normalidad y las previsiones de aquí a finales de año son buenas dentro de las circunstancias».

El presidente de FAE, Miguel Ángel Benavente, mira con optimismo la reactivación del sector automovilístico, clave para muchas empresas burgalesas. Los grandes fabricantes -como las plantas Volkswagen en Navarra y Mercedes, en Vitoria- han restablecido el tercer turno por la carga de trabajo y esto tiene su reflejo en la actividad de las fábricas burgalesas.

«En el automóvil confluyen dos circunstancias: se están compensando los dos meses de paralización de la actividad del segundo trimestre y están haciendo su efecto las ayudas económicas a la compra de vehículos impulsadas desde los principales mercados europeos, donde se comercializan el 80% de los coches que fabrican en España».

Asimismo, el parón propiciado por el coronavirus ha permitido una holgura en los límites de emisión establecidos por Europa para la fabricación de vehículos, lo que ha permitido apostar por algunos modelos convencionales antes destacados por el exceso de emisiones. Todo ello son componentes que se está fabricando en Villalonquéjar y Gamonal, entre otros polígonos.  

La agroindustria, otro de los pilares clave de la economía local, vive circunstancias desiguales. Las empresas que trabajan para los lineales de los supermercados y para el mercado exterior continúan con buena salud y produciendo de manera segura para mantener viva la cadena de suministro. Por contra, las que trabajan para la hostelería (bares, restaurantes, hoteles...) viven una circunstancia excepcional, «lo que nos preocupa mucho en FAEporque el turismo y el ocio es muy importante para nuestra economía», reflexiona Benavente.

También preocupa la evolución del sector aeronáutico, focalizado en este caso en Mirada de Ebro y en el Grupo Aciturri. «Es una situación sobrevenida por el parón del turismo mundial, en el momento en el que se recupere la normalidad y vuelvan a volar los aviones estas empresas volverán a tener su actividad normal». Desde de FAE se apela al buen entendimiento de los sindicatos para apoyar a esta industria. «Es una situación de emergencia puntual que requiere soluciones para sostenerla».  

Servicios. En el comité ejecutivo también están presentes las empresas de servicios, vitales en estos momentos para actuar contra la expansión del coronavirus. Se alerta desde este sector -que incluye desde empresas de limpieza a gestorías administrativas- de la «improvisación» a la hora de adoptar medidas para atajar los daños de la pandemia, desde los procesos de limpieza e higienización de espacios públicos como las escuelas, hasta la gestión de los trámites administrativos que requieren las empresas para sostenerse económicamente en los actuales momentos.  

«Todos coincidimos en que estamos en un país en quiebra que solo depende de los cientos de miles de euros de vienen de Europa, pero generamos más deudas que las ayudas que nos puedan llegar y la situación es de muy difícil solución», afirma el representante del empresariado, que critica la falta de planificación y la avalancha de medidas «a última hora». 

En el comité ejecutivo de FAE se ve con cierto escepticismo también las soluciones que pueda aportar el teletrabajo en un futuro próximo y, en cambio, se considera vital que las empresas y sus plantillas extremen las medidas de prevención y los controles dentro y fuera de los lugares de trabajo. «Si hemos recuperado un 90% de actividad industrial esto indica que es posible volver a operar como antes y aplicando protocolos de salud a los trabajadores».