Del júbilo al silencio solo 'roto' por el volteo de campanas

J.D.M.
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De las jotas, los cánticos las campanillas y los tambores de la procesión que cerró la Semana Santa el año pasado al silencio y la quietud en la plaza del Rey San Fernando este Domingo de Resurrección

Una mascarilla protege a la estatua del peregrino de posibles contagios. - Foto: Christian Castrillo

De las jotas, los cánticos, las campanillas y los tambores de la procesión que el año pasado cerró la Semana Santa al silencio. De la multitud congregada entonces frente a la Catedral de Burgos para presenciar el encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría a una plaza del Rey San Fernando desierta. 

En el día en que los cristianos celebraban la victoria de Cristo sobre la muerte, solo el volteo de las campanas de la Catedral de Burgos al mediodía quebró la quietud de otro domingo más en tiempos de confinamiento. El resonar de los bronces de la seo burgalesa se interpretó como un signo de esperanza en medio de tanto drama por la crisis sanitaria del coronavirus y culminó con una Semana Santa única. 

Plaza del Rey San Fernando desierta este Domingo de Resurrección en contraste con la multitud congregada, por ejemplo, el año pasado para presenciar el encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría.
Plaza del Rey San Fernando desierta este Domingo de Resurrección en contraste con la multitud congregada, por ejemplo, el año pasado para presenciar el encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría. - Foto: Christian Castrillo