Adisseo: así es la seguridad de su planta química

L.M.
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Tras la explosión de una factoría en Tarragona, Diario de Burgos visita sus instalaciones en Villalonquéjar para conocer sus protocolos y avances en materia de prevención de riesgos

De izquierda a derecha: Roberto González (ingeniero de seguridad), Gerardo Juez (director de la planta) y Enrique Valles (responsable de Recursos Humanos). - Foto: Valdivielso

La explosión hace poco más de una semana en la planta petroquímica de Industrias Químicas del Óxido de Etileno (IQOXE), en las afueras de Tarragona, ha puesto en boca de todos la seguridad y los posibles riesgos que entraña tener una industria de estas características cerca de un núcleo de población. Este periódico ha visitado la factoría de Adisseo, en Villalonquéjar, química que produce metionina líquida, un aminoácido esencial estratégico para la alimentación de los animales de granja, para conocer los protocolos, cómo llegan las materias primas -ácido sulfúrico, amoniaco y thiapentanal- a su recinto, su viaje hasta las cisternas o su almacenamiento. 

El director de la planta marca desde el primer momento la diferencia entre Adisseo y IQOXE. "Nosotros no trabajamos con disolventes ni gases inflamables o explosivos", apunta Gerardo Juez. Cada semana llegan hasta la recién inaugurada playa de vías dos trenes procedentes de Bilbao, cargados con cerca de 700 toneladas de ácido sulfúrico, un elemento que puede causar graves quemaduras si entra en contacto con la piel humana. "La solución ferroviaria es la más segura para el transporte de materias peligrosas, los protocolos son mucho mejores. El 98% llega a través de este medio", recuerda Roberto González, ingeniero responsable de Tecnología e Higiene, Seguridad y Medio Ambiente de la factoría burgalesa de Adisseo. Una vez llegan los vagones, la descarga hasta las cisternas donde se acumula se encuentra completamente automatizada según un reglamento internacional y la normativa vigente. "Tiene en cuenta distancia, materiales, medidas de seguridad, niveles...", afirma Gerardo Juez.

Los depósitos donde se almacena el ácido sulfúrico son ligeramente diferentes a los de otros materiales, ya que su acceso se realiza por la parte superior -y no la inferior como en el resto- a través de un brazo de carga de acero inoxidable, para posteriormente comprobar que todo el circuito se encuentra completamente cerrado. Si todo está correcto, se inicia la descarga accionando la bomba, anotando la cantidad o el número de la matrícula y destinando -si se necesita- ácido hasta el lugar donde se realiza la metionina líquida. "Nuestra capacidad para almacenarlo no es enorme, nos da para 4 o 5 días de autonomía", confiesa Juez.

colaboración. En todas las inversiones que realizan, aproximadamente el 20% del total se destina a mejorar procesos relacionados con la seguridad. "Tenemos un departamento específico encargado de ello, con presupuesto propio importante", especifica. Fuera de los proyectos estratégicos también se han derivado partidas económicas específicas para prevenir riesgos e incidentes y en función del desgaste de materiales o conductos.

Inspecciones periódicas. La factoría de Adisseo sigue la directiva Seveso III, que regula las normas en materia de seguridad para plantas que trabajan con materiales peligrosos y que obliga a tener una serie de procedimientos e inspecciones periódicas. Ellos realizan un simulacro de manera anual y también han puesto en marcha -el último en 2017- otros con la ayuda de Bomberos, Policía o Protección Civil. Dentro de la política de seguridad, además, se incluye una formación específica para los nuevos empleados, tanto externa, en colaboración con el ITCL, como interna, a cargo de trabajadores con más experiencia que les enseñan durante semanas. "Dentro de cada turno hay un equipo concreto preparado para realizar una primera intervención ante una posible incidencia", indica. La propia industria cuenta con numerosos reconocimientos en materia de seguridad y prevención de riesgos.

Sobre el incidente de Tarragona, Roberto González recuerda que sucesos así "no se dan por una causa única y suelen ser consecuencia de varias asociadas. Realmente lo que pasó allí no se puede comparar con nuestra planta por la naturaleza de los materiales, que es totalmente diferente", apunta. El director de la fábrica admite que tras acontecimientos como los de IQOXE "es normal que la población se alarme, pero no hay que sacar las cosas de contexto. Hay que trabajar para que las actividades industriales y la población puedan convivir", afirma. Pone como ejemplo la construcción de una nueva chimenea de 50 metros -"un ejercicio de autoexigencia" comentaban- que sustituyó al anterior, más baja, y que ayudó a mitigar las emisiones -sobre todo vapor de agua- que llegaban hasta el barrio de Villagonzalo Arenas.