Las últimas tres victorias del San Pablo en la Liga Endesa han creado un optimismo generalizado en la afición y también en la plantilla. Los jugadores azulones cada vez se entienden mejor sobre la pista y los resultados están premiando el trabajo del equipo. A falta de 13 jornadas para la conclusión del campeonato, está situado en la zona media de la clasificación y su objetivo es mirar hacia arriba. Eso sí, son conscientes de que primero deben sellar la salvación.
La mala racha del San Pablo en el inicio de 2019 es ya parte del pasado y el vestuario no quiere mirar atrás. Los cambios por las salidas de Thompson y Radoncic, y las llegadas de Sutton y Zipser provocaron cierto desconcierto en el juego hasta que las nuevas piezas fueron encajando. «No es sencillo lidiar con tanto cambio», señalaba Diego Epifanio a principios de año.
Con el paso del tiempo y la irrupción de Sutton, el técnico burgalés ha conseguido revertir la situación y devolver la ilusión a su plantilla. Huskic y Lima se mostraban ambiciosos tras ganar al Gran Canaria. «Este equipo está creciendo y creemos que podemos seguir así, pero hay que demostrarlo cada día en la pista», coincidían los dos pívots del San Pablo.
En la misma línea, se manifestaron ayer Benite, Zipser y Fitipaldo durante un acto publicitario en el concesionario de Toyota. Los tres internacionales reconocieron que el club está atravesando un momento dulce y no están dispuestos a renunciar a nada. Félix Sancho, su presidente, tampoco.
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