La crisis amenaza a unos abogados de oficio mal remunerados

F.L.D.
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Tras la inactividad de casi tres meses por la covid-19, auguran un mal año. Aunque el Ministerio se está poniendo al día con los pagos, siguen cobrando menos que en otros territorios

Vista oral en los juzgados tras el confinamiento. - Foto: Jesús J. Matías

El Colegio de Abogados de Burgos consiguió en 2019 mejorar el servicio de justicia gratuita y agilizar la tramitación de expedientes que, en años anteriores, incluso se quedaban enquistados durante meses. Así lo avala, recalcan desde la propia institución, los datos sobre el turno de oficio del pasado ejercicio, los cuales muestran un crecimiento del 10% en el número de designaciones, que alcanzaron la cifra récord del último lustro, 7.040. Lo traducen en una mejor gestión, reiteran, porque tampoco hubo un incremento a nivel general de los asuntos que llegaron a los juzgados. En el último trimestre también lograron solucionar el problema con los retrasos en los pagos derivados de las certificaciones, aunque consideran el baremo de remuneración insuficiente. El problema vendrá, auguran, en un 2020 claramente marcado por la covid-19, que detuvo la actividad en los tribunales y que amenaza a una profesión aún en vilo por lo que les espera a partir de septiembre. 

«El año pasado se tramitaron más asuntos desde el Colegio y probablemente se recogió algún expediente anterior que estuviera ‘colgado’ con algún informe de letrados de la administración de justicia. Se ha mejorado la gestión y eso explica el aumento», asegura Juan Cruz Monje, delegado de Justicia Gratuita del órgano representativo de los abogados burgaleses. Este incremento se produjo, paradójicamente, en un año de «muchos terremotos», como recuerda Monje. En 2018, el Ministerio actualizó el baremo de retribuciones por asistencia legal gratuita subiéndolo un 24% de media, cantidad que los letrados siempre consideraron insuficiente. El cambio supuso también que los pagos se realizarían, en vez de trimestralmente, de manera mensual. Sin embargo, estas medidas no se empezaron a llevar a efecto hasta enero de 2019. Al Gobierno se le fueron acumulando los retrasos. El mayor tsunami en Burgos llegó a partir de octubre. 

Justicia obligó a los colegios a certificar las designaciones de una manera diferente. Básicamente, los responsables del turno de oficio tenían que investigar cómo se facturaba y en qué concepto. «Al final del proceso han ido aflorando expedientes, pero durante muchos meses no hemos cobrado por las actuaciones», relata el delegado de esta materia, quien insiste en que a los retrasos se suma el hecho de que los defensores burgaleses siguen cobrando mucho menos que los de otros territorios donde las competencias están adquiridas, como es el caso del País Vasco. 

Cuando las cosas empezaban a enderezarse y poco a poco los abogados iban poniendo al día sus cuentas, llegó la pandemia. Solo hay que echar mano de los datos de designaciones del turno de oficio para darse cuenta de las consecuencias que la covid-19 puede generar en 2020. Si la tendencia del pasado ejercicio fue la de crecer cada mes, las cifras de casos de justicia gratuita asumidos por los letrados muestran un desplome total durante el peor trimestre del virus. En marzo ya se contabilizaron más de 200 casos menos, en abril 400 y en mayo solo se tramitaron 63 expedientes, 600 menos que el año pasado. «Ha sido una debacle absoluta y no estoy muy seguro de que lo vayamos a recuperar de aquí a diciembre», vaticina Juan Cruz Monje. 

Desde el Colegio de Abogados de Burgos consideran, no obstante, que las consecuencias de esta crisis se tendrán que ir valorando con el tiempo. Al fin y al cabo, los delitos van a seguir produciéndose, las personas se van a seguir divorciando y se avecina una avalancha de procesos en jurisdicciones como Civil o Social. De momento, el Servicio de Orientación Jurídica, que se preparó para un aluvión una vez que se reactivaran los plazos procesales, tampoco ha notado mucho más movimiento que en años anteriores. 

Es cierto que la actividad a los juzgados ha vuelto de manera tímida en este último mes. Se han celebrado las primeras vistas y se han agilizado casos que eran urgentes, pero los magistrados ya acordaron no celebrar juicios durante el mes de agosto y dejar, así, para septiembre la recuperación. «Es posible que los casos vayan llegando de una forma muy paulatina, pero creo que esta caída se notará», sentencia Monje.