Villasur crea una bolsa de alquiler social con casas vacías

I.P.
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El Ayuntamiento pretende captar viviendas deshabitadas que se están deteriorando desde hace años para ofertarlas a familias o particulares que las soliciten y costearía el alquiler

En el pueblo se agrupan casas arregladas y habitadas con otras cerradas. - Foto: Jesús J. Matías

Se acaba el verano o como mucho la festividad del Pilar y los pueblos comienzan a sentir el peso de la soledad. Casas con las persianas bajadas y tablones en las puertas para evitar que las lluvias y hielos del invierno produzcan desperfectos. Estas volverán a abrirse, quizás en Navidad, Semana Santa o en todo caso, en verano.

Villasur de Herreros no es ajena a esa situación. Pero además, como también en el resto de pueblos burgaleses, cuenta con un buen número de casas que ni siquiera se abren en esas fechas. Y ya se sabe, lo que no se usa y se mantiene, acaba por derruirse. Eso es lo que quiere evitar el Ayuntamiento de Villasur, por lo que ha puesto en marcha un programa municipal de captación de viviendas vacías en el pueblo para su integración en una bolsa de alquiler social. 

Ahora que se habla tanto de despoblación y de repoblación, que los pueblos piden recursos y servicios para que lleguen nuevo vecinos, la iniciativa de la Corporación de Villasur de Herreros, municipio enclavado en las estribaciones de la Sierra de la Demanda y junto a los pantanos de Arlanzón y Úzquiza, parece un paso decisivo en ese objetivo y una apuesta decidida por atraer pobladores, aunque también es cierto, reconoce el alcalde, Luis Miguel Pérez, que los vecinos propietarios de esas viviendas no están «demostrando demasiado interés» en 'ofertar' esas viviendas deshabitadas. 

El Consistorio no se da por vencido y sigue apostando por sacar adelante este proyecto que tiene un doble objetivo, evitar que las viviendas sigan deteriorándose por la falta de uso, y ayudar a personas jóvenes con escasos recursos económicos o familias en similares circunstancias a poder acceder a ellas.

Aunque Pérez no conoce con exactitud el número de viviendas susceptibles de entrar en esa bolsa  de alquiler social, son varias decenas las que estarían en esa situación en distintas zonas del pueblo. También es verdad, que sobre algunas pesa el tema de la propiedad, al proceder de herencias y no estar repartidas aún o ser de varios propietarios que dificulta una unidad de acción conjunta. 

En todo caso, el Ayuntamiento desde la Concejalía delegada de Cultura, Yacimientos de Empleo, Desarrollo Local, Economía, Educación y Bienestar Social pone en marcha ese trabajo de captación de viviendas para quien pueda solicitarlas; el alcalde está convencido que cuando algún vecino de un primer paso serán más los que se animen a seguirle, teniendo en cuenta, además, que ponerlas a disposición municipal para ese uso les reportará un beneficio económico, que ahora al estar vacías no genera; más bien todo lo contrario, ya que cada vez se deterioran más. De ahí la importancia de dar a conocer esta iniciativa municipal. 

Entre los requisitos que el Ayuntamiento pone es que sean viviendas con un mínimo de 50 metros cuadrados y un dormitorio; que estén ubicada en el término municipal de Villasur, que no esté alquilada ni ocupada y que cuente con las condiciones básicas de habitabilidad (suministro de agua, electricidad, calentador) y tener un seguro multirriesgo contratado. El propietario, además, debe estar al tanto del pago de los tributos locales y del resto de administraciones, que se acreditará mediante declaración responsable, que capacitará al Ayuntamiento y autorizará a éste para que pueda recabar tal información de los organismos competentes.

La titularidad del inmueble a incorporar a la bolsa debe tener una antigüedad mínima de 2 años. Se trata con ello de evitar la especulación y a su vez evitar el uso indebido del programa. Por otra parte, la cesión al Ayuntamiento para el programa será por 3 años, transcurridos los mismos se revocará el acuerdo entre propietario y Ayuntamiento y se vinculará el mismo entre el propietario y el arrendatario existente que establecerán su nueva relación contractual.