«Si vamos solos no pasa nada, Sarrión es un gran candidato»

Santiago González
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Político y economista español, Alberto Garzón es militante del PCE, y de Izquierda Unida desde 2003. Diputado en el Congreso desde las elecciones generales de 2011 es un férreo defensor de la unidad de la izquierda en torno a Podemos.

Alberto Garzón - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

¿Cómo afronta IU la convocatoria realizada por el presidente del Gobierno?

Estamos preparados, se veía venir y lo hacemos con la fortaleza de tener una organización con presencia en todo el territorio. Ahora mismo no contemplamos un escenario distinto a la unidad porque entendemos los riesgos que existen con el crecimiento de la derecha radicalizada y la extrema derecha. Es más importante que nunca la unidad de la izquierda. Los progresistas tienen que mirar lo que sucedió en Andalucía y desde IU nos vamos a volcar en atraer el voto de la izquierda que en otros momentos se quedó en casa. 

Precisamente tras los resultados de Andalucía algunas voces pusieron en duda esa estrategia

Allí vimos que una parte de la izquierda está desencantada y desmovilizada. Hubo 700.000 personas que no votaron respecto a 2015, cuando habían votado a PSOE, Podemos o IU. Este es el reto porque no cambiaron su voto, simplemente se quedaron en casa. Si somos capaces de volver a construir una candidatura y un proyecto capaces de atraer y movilizar ese voto podremos enfrentar esos riesgos y peligros que conlleva un gobierno de las tres derechas. 

Las negociaciones para esa confluencia en Castilla y León no fructifican. ¿Acudirán finalmente con lista y candidato propio?

No cabe descartar ningún escenario. Desde la dirección federal fuimos muy claros, la unidad es nuestra estrategia, creemos que es lo mejor. Pero evidentemente tendrá escenarios particulares y al final es la militancia la que decide. En Castilla y León tenemos un candidato extraordinario que es José Sarrión, que ha hecho un trabajo inconmensurable en los últimos años y aún estamos intentando construir una unidad, no sólo con Podemos. Pero si IU va en solitario no pasaría nada, trataremos de obtener los mejores resultados con nuestro programa.

¿Qué obstáculos hay para pactar con Podemos en autonómicas que no existen a nivel nacional?

La singularidad de los territorios es enorme y eso implica obstáculos muy singulares. En Castilla y León los compañeros de IU están haciendo esfuerzos enormes por una candidatura unitaria que permita movilizar el voto de la izquierda. Hasta ahora no han tenido éxito, pero no es momento de hacernos daño. Podemos no es el enemigo, sino las políticas que recortan derechos.

¿Esta estrategia de confluir con Podemos puede diluir o provocar la desaparición de IU?

Yo creo que no. Es un miedo legítimo, pero yo no lo veo. Nosotros tenemos una visibilidad reducida que es histórica, pero que obedece a que ahora hay muchos partidos con representación. Ya no está el bipartidismo, ahora hay muchos otros partidos y eso implica menor visibilidad para todos, pero especialmente para los que hemos tenido una presencia menor en las elecciones.

Pero la fortaleza de IU también cristaliza en que ahora tenemos 9 diputados y 2 senadores y hemos sido capaces de llevar nuestras iniciativas y programa al Congreso y las calles. La gente de IU está satisfecha, aunque queremos más. La unidad no es el problema, de hecho es el camino.

Algunas personas dentro de IU no lo entienden así. Por ejemplo, el alcalde de Zamora piensa que «se está dejando absorber como un azucarillo» en Podemos.

Esto es la crítica necesaria que hay dentro de IU, que también se expresó en la asamblea reciente. Es legítima pero no comparto las acusaciones del compañero Guarido porque cuando nos presentamos solos en 2015 sacamos dos diputados. Ahora tenemos nueve y dos senadores y la gente de IU y de la calle nos sigue reconociendo igual. En un panorama más complejo seguimos existiendo y en 2015 estuvimos a punto de desaparecer. El actual proceso de unidad nos fortalece mucho más de lo que algunas críticas sugieren.

¿Teme perder el único escaño en las Cortes regionales si van en solitario?

Nosotros vamos a sacar los mejores resultados posibles. En los últimos cuatro años ha quedado fiel reflejo del enorme e incansable trabajo de Sarrión, mucho más del que han hecho otros grupos con más procuradores. Y eso tiene mérito, pero también es producto de una organización que se ha volcado. Yo creo que eso lo va a reconocer la gente y un candidato tan bueno como José Sarrión merece ese reconocimiento.

¿Cómo se explica la movilización de la marea blanca, liderada por las plataformas sanitarias, cuando los indicadores sanitarios de estudios independientes son buenos?

Estamos ante un cambio de modelo en España e incluso en Europa por el ascenso de la derecha reaccionaria y neoliberal. En Andalucía, por ejemplo, PP, Cs y Vox pactaron de forma inmediata su programa económico sin ninguna disparidad. Por lo tanto, hay motivos para estar indignados. En nuestro país en los últimos 10 años hemos perdido calidad de acceso a los servicios públicos y la sanidad es uno de los centrales. Ahora está en riesgo porque viene la derecha, cuyo modelo sanitario es de privatización progresiva.

El daño por la transición energética en las zonas mineras puede ser irreversible. ¿Qué soluciones plantea ante el cierre de explotaciones?

Evidentemente tiene que haber intervención pública. Los retos se deben afrontar de forma integral, no podemos abandonar a los trabajadores del carbón. Tenemos que proporcionar una alternativa. Y si la iniciativa privada no es capaz, como se está viendo, es el Estado el que tiene que crear planes de reindustrialización y de transición ecológica. Hace falta intervención del Estado con inversiones y planes.

La despoblación es el principal problema de la Comunidad. ¿Qué medidas concretas proponen?

De nuevo requiere inversiónpara cambiar el modelo de producción y consumo. Es insostenible ecólogica y socialmente que la mayoría de los ciudadanos se concentre en las ciudades. La gente se va de los pueblos porque no hay futuro. Hay que generar incentivos para que la gente se quede y eso no es solamente subvencionar, sino planificar el territorio.