Esperanza en el Camino

A.C.
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Los artífices del reconocimiento oficial del Camino Olvidado a Santiago confían en su impacto económico

Alcaldes de cuatro de los siete municipios de la ruta junto a representantes del Ceder Merindades y de la Asociación de Caminos Jacobeos del Norte de Burgos.

Después de un año como el 2020... todos necesitamos un Año Santo. Camina a Galicia». Así reza la publicidad que la Xunta de Galicia lanza con la esperanza de que 2021 llene de peregrinos las rutas jacobeas que llevan a Santiago de Compostela. Desde hace unos días, hay una más que les permitirá sellar la compostelana y ayudará a descongestionar el Camino Francés. Es el Camino Olvidado, recién reconocido de modo oficial como camino histórico a Santiago por la Junta de Castilla y León, un «espaldarazo, gracias al cual ya no estaremos solos en la difusión y promoción de esta ruta», como ayer decía el presidente del Ceder Merindades, José Ranero.

Junto a él, el vicepresidente de esta entidad, Jesús Puente, y los alcaldes de Espinosa de los Monteros, Montija, Sotoscueva y Arija          -faltaban los de Mena, Valdeporres y Valdebezana-, así como representantes de la Asociación de Amigos de los Caminos Jacobeos del Norte de Burgos, coincidían en poner todas sus esperanzas en que el reconocimiento de este itinerario atraiga a miles de personas y abra paso a un nuevo y potente recurso turístico y económico para la comarca. En 2019 llegaron a Santiago 347.538 peregrinos, de los que un 54% optaron por el Camino Francés y el 46%, por otras alternativas. En 2021, una de ellas ya podrá ser el Camino Olvidado y el presidente de los Amigos de Caminos Jacobeos del Norte de Burgos, Jesús González, está convencido del éxito, porque «el 70% de los peregrinos ya ha hecho el francés y está harto de las masificaciones».

Por Merindades transcurren casi un centenar de sus 630 kilómetros, los que separan Bilbao de Villafranca del Bierzo, el punto donde acaba y confluye con el Camino Francés. En 2019, la asociación contabilizó 542 peregrinos solo en el alojamiento que ofrece en Santelices de Valdeporres y que en breve se pondrá manos a la obra para conseguir la acreditación de albergue de peregrinos. Con el reconocimiento oficial del Camino Olvidado se abre esta nueva oportunidad a emprendedores que confíen en el potencial de este itinerario y se animen a abrir alojamientos exclusivos para peregrinos. El alcalde de Montija, Florencio Martínez, confía «en la iniciativa privada», una vez compruebe la capacidad de atracción del Camino Olvidado.

Desde el Ceder Merindades, su gerente tiene muchas esperanzas puestas en el atractivo del que será el noveno camino histórico a Santiago. Ranero lo describe como «un camino duro, con subidas y descensos pronunciados, pero espectacular, porque casi permanentemente transcurre al abrigo de las montañas».

Hace veinte años. La Asociación de Amigos del Camino de Santiago a su paso por Vizcaya, con Adolfo Diego de Miguel a la cabeza, comenzó a hablar del trazado hace ya 20 años. En 2014, un primer encuentro en Fitur entre varios grupos de acción local, entre ellos el Ceder Merindades, comenzó a perfilar la unión para lograr lo que parecía un sueño. En enero de 2016 nació la asociación en la comarca y en 2017, cinco grupos de acción local de Burgos, Palencia y León sellaron las bases de lo ahora conseguido. Junto a ellos, el Ceder, ha sufragado las señales de acero corten instaladas (142 en Merindades) y material de promoción como una guía del peregrino, una web (caminoolvidado.com)o una aplicación de móvil, entre otros recursos. Queda mucho por hacer, como avanzan todos los implicados, dado que habrá que llegar a acuerdos para el mantenimiento del camino, que ahora realiza la asociación o crear una lista de alojamientos, restaurantes y negocios colaboradores del Camino que ofrezcan precios y atenciones especiales a los peregrinos.