El desprendimiento de una pared en la calle San Juan quedó solo en un susto, ya que afortunadamente tuvo lugar después del toque de queda, pero obligó a cortar parcialmente la calle. Un par de semanas después los escombros siguen en el mismo lugar y la zona permanece acordonada, lo que ha provocado el enfado de los vecinos con el Ayuntamiento. 

El motivo por el que no se ha actuado todavía es que los trabajos a  realizar representan una complejidad técnica mayor de la prevista en un principio. Así lo han apuntado las empresas con las que ha contactado  la administración local, por lo que ha sido necesario elaborar un proyecto que garantice la seguridad de los edificios colindantes, uno de los requisitos exigidos por ambas compañías para plantearse asumir la obra. 

La solución está en camino, pero mientras tanto se instalará una pasarela con el objetivo de reabrir el tramo de calle a partir de mañana. La estructura tendrá forma de túnel para proteger a los peatones de posibles desprendimientos tanto superiores como laterales, y permitirá también que el bar situado enfrente del solar, y que permanece cerrado desde entonces, pueda levantar nuevamente la persiana. 

La pasarela es una medida temporal mientras se ultiman los detalles de la demolición, ya que se retirará cuando la misma se inicie, pero permite ganar tiempo a Urbanismo mientras se define una intervención mucho más profunda de lo esperado en el solar, para retirar los restos que quedaron hacen una década cuando el edificio quedó calcinado por un incendio en el que murieron cinco personas. 

En total, la inversión rondará los 24.000 euros, presupuesto que ha sido enviado a tres empresas para ver si están interesadas en hacer la demolición. El Ayuntamiento es consciente de la urgencia, así que ha dado solo de plazo hasta hoy para responder a la propuesta. 

«Estamos trabajando a contrarreloj pero hay que entender que son unas fechas complicadas y que ha sido necesario elaborar un proyecto detallado, porque no es tan sencillo como llegar, tirar una pared y colocar cuatro ladrillos», asegura la concejala de Urbanismo, Soraya Solórzano, que entiende el malestar vecinal pero niega que haya existido dejadez por parte de la administración local a la hora de buscar una solución. «Los técnicos han estado en el lugar desde el primer día, estudiando todas las opciones, hablando con los propietarios de los portales anexos y dando explicaciones a los afectados», remarca. 

El principal peligro lo representa la medianera que linda con el número 6 de calle San Juan, aunque también se aprovechará para retirar la que limita con el portal 2 para evitar  riesgos futuros. Aunque la demolición se hará manualmente con una plataforma articulada con cesta para no dañar los edificios colindantes, por si acaso se apuntalará su estructura y diariamente se observará su estado por si hubiera algún síntoma que indicara que han sufrido deterioro durante los trabajos. 

Antes de acometer la demolición se procederá a asegurar también todas las instalaciones de luz, agua y teléfono que pasan por las inmediaciones del solar y se protegerán las cubiertas. En el interior de la parcela permanece todavía un conjunto de vigas de madera y  metal que no fueron retiradas hace una década tras el incendio, lo que dificulta los trabajos a realizar, que se prolongarán aproximadamente diez días desde que se inicien.