Dice no poder asegurar con certeza estar o no en su mejor momento profesional, pero lo que Sergio Paisa sí siente es que en la Arandina se encuentra «a gusto», «muy contento», y sobre todo, en un buen «nivel mental» ahora mismo. Un hecho que valora, «se nota en el día a día y también en el campo», y que ha servido al jugador cántabro para firmar, este pasado fin de semana en Ciudad Rodrigo y por octava jornada de liga en lo que va de temporada, una nueva portería a cero para la causa ribereña.
Gracias a ello, el cancerbero blanquiazul además ha logrado situarse en el tercer puesto de la parrilla de salida por el trofeo Zamora del Grupo VIII de la Tercera RFEF tras los guardametas del Guijuelo (Alberto, 7 goles encajados en 15 partidos) y del Real Ávila (Christian, con 6 en 12), pero también, ayudar a la entidad de El Montecillo a seguir creciendo y alcanzar, meteóricamente en estos dos últimos meses de competición, la tan ansiada zona de playoff en la tabla clasificatoria.
Ahora bien, cauto y ambicioso en su discurso frente al éxito, Paisa, al igual que otros tantos de sus compañeros en su momento, ha señalado convencido no haber logrado nada aún. Y es por eso que, a pesar de reconocer que «la gente está ganando en confianza» con el paso de las jornadas y afianzado una «dinámica que ahora es muy buena y radicalmente diferente a la de cuando empezamos», lo que el conjunto arandino debe tratar de conseguir en estos momentos es «dar continuidad a la misma, para poner a la Arandina donde realmente se merece por nombre, historia y por club».
De momento, el primer paso ya está dado. Se ha conseguido recuperar un gran lastre deportivo a nivel clasificatorio al acumular once jornadas consecutivas sin perder y, además, el equipo ha sido capaz de sumar cuatro triunfos encadenados en las últimas semanas sobre el terreno de juego. Un escenario que ha sido posible por el «trabajo de todos, desde el portero hasta el delantero y el cuerpo técnico», sentencia, pero que sobre todo ha terminado sucediendo porque «el bloque al completo suma», y eso «nos permite crecer como equipo».
En ese sentido, «la clave», reconoce, «está en el vestuario». Y está porque entre esas cuatro paredes se ha formado una auténtica piña desde el inicio del campeonato. Tanto en las alegrías además como en las penas. Una familia a orillas del Duero «maravillosa», manifiesta, y que, aunque le costó arrancar, «ahora mismo está dando el máximo» y es la principal culpable tanto de la buena marcha a nivel de prestaciones, como de sus éxitos individuales bajo palos porque, como asume, «por muy bien que yo pueda estar o lo estén los defensas, si el resto no acompaña, al final los resultados no llegan».
De todos modos, y recientes victorias al margen, relata Paisa, «el caso ahora es seguir sumando». Y por ello, ultima decidido que este fin de semana volverán a salir al campo con la intención absoluta de volver a llevarse los tres puntos en juego ante el Astorga. Un equipo, el maragato, de trayectoria similar a la blanquiazul en lo que va de temporada (comenzó mal y poco a poco parece ir recuperando sensaciones), pero del cual recela a pesar de la euforia que envuelve al club porque, como finaliza, «a pesar de haberse metido en una mala dinámica y no ganar cuando lo merece, sabemos que tiene unos grandísimos jugadores y el domingo nos pondrá las cosas muy complicadas».