Valle de Mena, la aldea gala de la población

A.C.
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En medio de la caída generalizada del censo en la comarca, el municipio más norteño de Las Merindades se escapa de la España vaciada, al abrigo de la economía vasca y el empleo que sus vecinos encuentran en el Gran Bilbao

Borja Mena Cámara y Gorane San Cristóbal son uno de los muchos matrimonios entre meneses y vascos. Ella vino a unas fiestas de Villasana desde Santurce y ahí surgió el amor del que ya han nacido dos criaturas. - Foto: A.C.

Cuando se le pregunta a un vecino del Valle de Mena cuántos amigos tiene trabajando en Vizcaya, hay quien responde que "todos". Las estadísticas son imposibles de conocer, porque los datos de afiliación a la Seguridad Social no discriminan dónde están empadronados los trabajadores y solo establecen el número de personas dadas de alta en cada lugar. Pero la calle y el censo dan el pulso de la realidad. Como la aldea gala de Astérix y Obélix resiste siempre a la invasión de los romanos, la pequeña Suiza menesa lo hace ante la debacle de la ‘España vaciada’ con un censo casi intacto durante la última década frente a la caída generalizada de población en Las Merindades. El sostén de la economía vasca es su escudo.

Si en 2007 contaba con 3.704 habitantes, la última cifra oficial a 1 de enero de 2019 arrojaba un total de 3.726, apenas 13 menos que en 2018. Otros centros administrativos de importancia en la comarca, como Medina de Pomar, Villarcayo o Espinosa de los Monteros han perdido población por centenares en esta década. Contar con un gran centro industrial y de servicios a solo 40 minutos, sin duda, ha sido de ayuda para que los jóvenes meneses puedan continuar en su tierra. Además de ello, Mena presume de tener la menor tasa de paro de Las Merindades, siempre entre uno y dos puntos por debajo de la registrada en Medina de Pomar y Villarcayo.

El municipio suma una población en edad de trabajar algo superior a las 2.400 personas, mientras que los afiliados a la Seguridad Social en empresas menesas era de 937 en diciembre. Teniendo en cuenta que muchos de estos trabajadores pueden llegar de otros puntos, es previsible que cerca de un millar de meneses desarrollen su actividad, la mayoría en Vizcaya, y algunos también en Álava.

Villasana gana peso. Lo que sí ha ocurrido es que su capital administrativa, Villasana de Mena, ha ido ganando peso junto a otras poblaciones cercanas, como Entrambasaguas o Villanueva de Mena, donde ha habido un mayor desarrollo urbanístico y las parejas jóvenes tienen más cerca los servicios básicos, en detrimento de las aldeas rurales y alejadas de Villasana. La alcaldesa, Lorena Terreros, apunta a que la política social, en forma de becas para estudios musicales, de inglés, de psicomotricidad o universitarios, así como para los usuarios de la guardería y el Programa Madrugadores también ayudan a mantener el censo, así como la política cultural del Ayuntamiento, el único de la comarca con una sala municipal de cine de cartelera y el segundo junto con Villarcayo en ofrecer los espectáculos teatrales de la Red de Circuitos Escénicos de Castilla y León. Las instalaciones deportivas son otra de las bases sobre las que el Consistorio trata de hacer más atractiva la vida en el Valle de Mena, sobre todo, para las familias más jóvenes.

Desde el Ayuntamiento apuntan, además, "que la mejora en la carretera CL-629 y la construcción de la autovía del corredor del Cadagua, que ha reducido notablemente el tiempo de los desplazamientos a Bilbao y su área metropolitana, ha llevado a muchos vizcaínos a fijar su residencia en Mena, ya que en pocos más de media hora pueden trasladarse a sus lugares de trabajo". No obstante, muchos no se empadronan.

Mientras tanto, la comarca ha perdido 3.351 habitantes en la última década, debido al crecimiento vegetativo negativo continuado (más muertes que nacimientos) y la salida de los jóvenes en busca de oportunidades laborales. De nuevo, en el Valle de Mena ese crecimiento vegetativo negativo ha sido el menos acusado en los últimos años. En 2018, en Medina fue de -51; en Villarcayo, -37; en Espinosa, -20; y en el Valle de Mena, -18.