Los siete centros cívicos municipales con los que cuenta la ciudad se vieron afectados por la pandemia al reducirse sus usos, pero ello no impidió que 1.289 personas nuevas se hicieran el carné de estos servicios de proximidad, de modo que un 61% de la población burgalesa es 'socia' de ellos, según los datos de la memoria presentada este martes en el consejo de la Gerencia de Servicios Sociales. De este modo son 107.000 los burgaleses que tienen carné.
Sin embargo, el uso de sus instalaciones se resintió por la pandemia hasta el punto de bajar un 26% al pasar de los 4.168 diarios en 2019 a los 1.527 de 2020. El total anual fue de 375.000 frente al 1.450.000 de 2019.
La menor participación en las actividades repercutió en los ingresos, que bajaron a 467.000 euros frente a los 2.450.000 euros de los gastos.