El Conservatorio de Miranda impartirá grados profesionales

ARSENIO BESGA
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La Junta avanza con los trámites para que el centro amplíe su oferta de estudios, que hasta ahora solo incluye formación «elemental». La ciudad lo reclama desde hace varios años

Una viandante y un joven músico junto al Conservatorio Dionisio Díez. - Foto: Ó.C.

El Conservatorio Municipal de Miranda está cerca de ampliar su oferta formativa e impartir grados profesionales. La Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León ha contactado con el Ayuntamiento de la ciudad para solicitar documentación con la que valorar la propuesta del Consistorio. Este hecho supone un importante paso para una reclamación que tanto los ciudadanos como la corporación local manifiestan desde hace más de una década. 

Hasta ahora, el centro musical tan solo pone a disposición de sus estudiantes una oferta educativa elemental. De este hecho se deriva una pérdida de talento notable. Si los alumnos mirandeses quieren ampliar sus conocimientos y optar a grados superiores, se ven obligados a abandonar la ciudad. Los conservatorios de Haro, Vitoria o Burgos sí que incluyen en su repertorio formativo el nivel profesional de estudios.

Allá por 2007, el Ayuntamiento ya dejaba patente su descontento con esta situación. Durante casi quince años ha insistido en que este servicio resulta, en definitiva, una necesidad. Algo que comparten tanto el centro como sus profesores y alumnos. Precisamente, hace escasas semanas desde la dirección del Conservatorio se defendía que dentro de su plantilla cuentan con profesionales perfectamente cualificados para impartir niveles superiores.

En la actualidad, los jóvenes y mayores que pretenden comenzar una carrera en la música, ya sea como aficionados o con expectativas profesionales, pueden matricularse en 15 especialidades diferentes. Desde piano a percusión, pasando por oboe, tuba, guitarra o viola, son algunas de las opciones a las que los ciudadanos tienen opción de apuntarse. Eso sí, no existe la posibilidad de ampliar la formación en Miranda.

Entre otros muchos, el batería del ilustre grupo La Regadera, Asier Pirón, comentaba que «tuvo que ir a Vitoria para estudiar el grado medio [...] y cuando lo termine, a San Sebastián». La preferencia de este joven artista siempre ha pasado por residir en su ciudad natal, donde viven su familia, amigos y banda de música. No obstante, tuvo que elegir entre sus necesidades académicas y el lugar donde quería estar. 

Como este percusionista existen multitud de casos. El Conservatorio tiene a casi 300 alumnos matriculados. De estos tres centenares de posibles virtuosos quizá alguno tenga la suerte de que la ampliación de grados se haga efectiva antes de que finalice su formación.