Si el plástico no existiera...

L.M.
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El gerente de Torreplas es un ferviente defensor de este material, aunque echa en falta un mejor reciclado

El problema de almacenaje está colapsando la única nave con la que cuenta Torreplas, por lo que construirán una nueva. - Foto: Luis López Araico

Si el plástico no existiera... habría que inventarlo. Ángel Torres, gerente de Torreplas, tiene en esa frase una forma de vida y la clave de un negocio familiar en plena expansión. Desde sus plantas enGamonal y Villagonzalo Pedernales surten de envases de todo tipo a supermercados y tiendas de todo el mundo. Lo hacen empleando un material al que acompaña la polémica desde hace tiempo, y al que se le relaciona con la suciedad y el mal trato del medio ambiente.

«Estamos rodeados de plástico.Lo único que tenemos que hacer es tratarlo bien y reciclarlo», asegura Torres, que apunta que las botellas «no tienen patitas para llegar al océano». El gerente de Torreplas echa en falta una mayor concienciación de los seres humanos para no tirar envases al suelo, lo que repercutiría en dejar de demonizar al material. «El malo no es el plástico sino el que lo echa al mar o al río», indica.

Entre las múltiples bondades que tiene pone como ejemplo la capacidad de conservación de alimentos. «Solo con envolver en un film de plástico duran más días que sin él. ¿Cuánto se podría desperdiciar sin plástico?», se pregunta.

AseguraTorres que los envases, con los tratamientos adecuados, pueden volver a su estado de origen para crear posteriormente uno nuevo. «Hay infinitas posibilidades», expone el gerente de Torreplas, que apunta que el consumo de energía para reciclar una botella de plástico es 14 veces inferior al de una de aluminio o vidrio. «Un envase de PETpesa 30 gramos y uno de vidrio 400. ¿Dónde hay más consumo de energía?», indica. Además, pone como ejemplo el elemento indispensable que se ha vuelto el plástico en la lucha contra elCOVID-19 a través de mamparas, respiradores o pantallas protectoras. «En un coche, si no hubiera plástico este consumiría muchísimo más combustible y pesaría el doble», sentencia Ángel Torres, que ve un nicho de mercado en todo el proceso de reciclado.