En el reino de la patata, la aspirante al trono es la calabaza. No una sino las más de 50 variedades de esta fruta que acaban en las mesas, tiendas de decoración y blogs de cocina de toda España. Con un origen común: San Mamés de Abar, en la comarca del Tozo.
Las cultiva un periodista, José Carlos Ruiz, que tras pasar la mitad de su vida en Madrid y trabajar hasta 16 horas diarias en una revista online que se convirtió en el referente de la industria cinematográfica, hizo un fundido a negro y se volvió a su pueblo. «Acabé muerto. Era demasiado estrés», reconoce, aunque llevaba años preparando una pequeña explotación agrícola con la idea de tener una salida de futuro si se cansaba, como así fue. «Siempre tengo un plan b, para todo», recalca.

La que ahora ha comenzado a sembrar será su sexta cosecha. La primera temporada obtuvo 60.000 kilos. «Las tuve que tirar casi todas, porque se helaron.Fue un buen comienzo», afirma con ironía.«Ahora lo que procuro es adelantar la cosecha. Hago plantones y la adelanto.Desde principios de septiembre ya vendo calabazas, de las variedades más tempranas», explica mientras limpia el regadío de una finca de una hectárea, de la que espera sacar unos 40.000 kilos. «Todo lo que produzca aquí se va a vender. Lo tengo superasegurado. El año pasado me quedé muy corto de producción, hubo muchísima demanda», pese a la pandemia.

(El reportaje completo, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)