Javier Guillén, director general de la Vuelta a España, observa con atención los movimientos que se van produciendo en el mundo del ciclismo desde que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus se adueñó del mundo. Tiene claro que lo primero es la salud, aunque su obligación es seguir trabajando con el objetivo de que el próximo 14 de agosto nada falle en la prueba nacional más importante.

La UCI amplió la semana pasada hasta el 1 de junio el aplazamiento del calendario ciclista, aunque el máximo mandatario de la ronda sigue siendo "tremendamente optimista" y cree que la Vuelta se celebrará. Es más, confía en que el ciclismo se recupere en este 2020. Aunque matiza y remarca: "A día de hoy". Es consciente de que será la pandemia la que "marque los plazos", pero prefiere ver el vaso medio lleno.

Destaca la importancia que tiene para el ciclismo la celebración del Tour de Francia, cuyo margen de maniobra va disminuyendo. Pese a todo, está convencido de que la prueba gala sigue teniendo muchas posibilidades de ver la luz. Una de las opciones es que retrase su inicio. Cree que será necesaria una buena dosis de "coherencia y generosidad" para que el calendario se reordene y que tanto los ‘Monumentos’ (Milán-San Remo, París-Roubaix, Tour de Flandes y Lieja-Bastogne-Lieja) como el Giro se disputen. "Pero hay que tener claro que seguimos en manos del coronavirus. Cuando la situación se normalice se podrá empezar a tomar decisiones", responde.

¿La incertidumbre es el mayor lastre?
La incertidumbre es absoluta en el ciclismo, en el deporte y a nivel social. No sabemos cuánto tiempo va a durar esta situación de confinamiento, ni la alarma sanitaria. Esta incertidumbre no te permite trabajar con eficacia porque no sabes qué va a pasar. En el caso de la Vuelta a España estamos a unos meses vista de su celebración y nosotros tenemos que seguir trabajando porque de lo contrario sería una irresponsabilidad. Luego pasará lo que pase, pero nosotros somos tremendamente optimistas con que la Vuelta se va a celebrar y que el ciclismo este año se va a poder recuperar, no solo con nuestra carrera sino con el Tour y otras muchas pruebas.

¿Están preparados para cualquier escenario?
Absolutamente. Creo que cambios va haber en todos los sentidos. El presidente de la UCI ya ha dicho que están trabajando en un nuevo calendario a ver si pueden encontrar un hueco a algunas de las carreras suspendidas. Tenemos que ganarle tiempo al tiempo y estar listos para cualquier tipo de variación. Pero sobre todo preparados para el escenario que queremos, deseamos y por el que apostamos, que es el que habrá Vuelta y eso no nos puede pillar con la guardia baja. Este tiempo que llevamos confinados hemos avanzado en muchos aspectos, pero en otros no. Quedan por realizar reconocimientos de recorridos que habrá que hacer en un lapso de tiempo corto.

La Vuelta a España comienza en Holanda. ¿Existe un plan B por si el traslado no es posible?
Nosotros trabajamos con un escenario principal y oficial, que es la Vuelta que se presentó en el mes de diciembre. Sabemos que puede haber otros escenarios posibles y si es así tendremos que reaccionar. Ahora mismo podemos hacer muchas hipótesis, pero estamos centrados en el planteamiento inicial. Si luego, como consecuencia de los acontecimientos, hay que modificar algo estamos preparados para poder hacerlo, pero hoy por hoy no se está trabajando en ningún tipo de modificación. Pero estamos hablando de hoy, porque en las circunstancias que nos encontramos el día siguiente desmiente al anterior. Quiero ser muy cauteloso. Yo lo digo este día y a esta hora, luego las circunstancias cambian y hay que acoplarse. No hay modificación prevista, pero sí capacidad de reacción.

¿Es posible reorganizar el calendario y buscar un sitio al Giro y a los ‘Monumentos’?
Todo depende de los plazos que marque la pandemia. En estos momentos pienso que es posible. Ese es mi convencimiento personal. Creo que se pueden acoplar carreras, aunque habrá que estirar un poco el calendario. Habrá carreras que coincidan, ya que de lo contrario sería imposible. A día de hoy veo posible recuperar los ‘Monumentos’, el Giro y que se dispute el Tour, que es un evento esencial y crucial para la subsistencia de los equipos y para la imagen de este deporte a nivel mundial. Eso lo creo hoy. Si dentro de tres meses seguimos en la misma situación mi respuesta sería otra.

¿Peligra el Tour de Francia?
Sigo pensando que se podrá celebrar. Otra cosa son las variaciones que haya que hacer. Pero insisto en que será la crisis sanitaria la que marque los plazos. Cuando todo acabe se deberán tomar decisiones y nos tendremos que adaptar.

¿Si todo se normaliza habrá que prepararse para un otoño intenso?
Al no haber Juegos existen más huecos en verano y evidentemente en el mes de octubre hay que meter carreras. Creo que puede ser un otoño intenso. Ojalá lo sea, porque  eso significará que hemos conseguido una actividad ciclista importante, interesante y necesaria.

¿Puede haber cambios de fechas en algunas competiciones?
Creo que sí. Se deberá recolocar alguna carrera que ha sido cancelada. Tenemos que ser capaces de aprovechar todos los espacios en el calendario. Todos tenemos que ser generosos, pero hasta que no haya un planteamiento claro no se puede hablar de cosas concretas.

Muchos equipos se dan por contentos si la normalidad regresa con el Tour de Francia. ¿Comparte su opinión?
Si la normalidad se recupera con el Tour de Francia habremos salvado muchas cosas. Es una carrera vital y todos tenemos que ayudar a que eso sea realidad. Me sumo a la voluntad de los equipos. Lo malo es que eso no depende de nosotros, sino de cómo evolucione la pandemia y de las medidas sanitarias. 

¿Entiende el temor de rondas no incluidas en el World Tour, como la Vuelta a Burgos, que creen que la reorganización puede traer daños colaterales?
Lo entiendo perfectamente porque todos vamos a tener que hacer esfuerzos. Pero considero que debemos tener la mente abierta. Hay una serie de carreras que pueden sufrir una modificación de fechas. No hablaría de daños colaterales, sino de reordenación, que en un momento dado pueden ser hasta más beneficiosas. Un movimiento no tiene que ser siempre algo malo. Lo que hay que ver es cómo queda la foto final y de momento estamos comprando la cámara y el carrete. Entiendo el miedo, la incertidumbre y la preocupación porque son sentimientos que tenemos todos. Pero tener una postura negativa creo que no es acertado. Hay que ver cómo queda el calendario para ver si es malo o bueno. Hay que pensar que en esta situación los equipos y los ciclistas van a ir a correr y, en términos de participación, las carreras que se mantengan y que se celebren tienen mucho que ganar. 

¿La coherencia, será un ingrediente indispensable una vez se llegue al punto de partida?
Será una situación muy compleja porque dependerá de todos. Me imagino que cada uno tendrá un plan y congeniar todo es complicado. La coherencia obviamente es importante. También habrá que establecer prioridades, pero hoy por hoy, además de coherencia, hace falta generosidad y ver la foto final.