Estética y salud copan las nuevas aperturas de negocios

L.N.
-

Algunos establecimientos aprovechan la bajada de precios para reubicarse en calles más comerciales. Mientras, la hostelería también suma locales, unos recién estrenados y otros que reabren sin reforma

El auge de las clínicas dentales se mantiene en Aranda de Duero, donde ya está anunciada una apertura más en la plaza Arco Isilla, a la que se suma el traslado de algunos centros de pisos a bajos comerciales. - Foto: L.N.

Tras un goteo incesante de comercios que han ido echando el cierre desde que estalló la pandemia de coronavirus, el centro de Aranda de Duero empieza a experimentar la tendencia contraria con la apertura de nuevos negocios. Son dos ámbitos, salud y estética, los que copan la mayoría de nuevos proyectos, especialmente clínicas dentales y de fisioterapia, además de peluquerías y locales ligados al boom de la manicura.   

Un ejemplo dentro de este atisbo de reactivación económica es el de Sohany Pineda, quien tras unos meses en ERTE decidió montar su propio negocio en pleno centro de la capital ribereña. Cuenta que consiguió alquilar un local con relativa facilidad en mayo y que, gracias a sus propios ahorros, ha logrado poner en marcha un establecimiento de estética, sector en el que acumula dos décadas de experiencia. Esta hondureña que recaló en Aranda hace diez años sabe lo que es empezar de cero. Ya lo hizo cuando decidió venirse a España y ahora se muestra satisfecha con la «buena respuesta» que está cosechando por parte de una clientela que se mantiene fiel. 

A escasos 400 metros, en la plaza Arco Isilla, ya se anuncia la próxima apertura de otra clínica dental en el local que hasta hace unos meses acogía una de las sedes de Banco Santander. Cerca, en San Francisco, también está prevista la reforma de un local al que se mudará otra clínica dental. 

Según el gerente de Hunter Properties, Rubén Madrigal, la mayoría de estrenos que se dan en estos momentos tienen que ver precisamente con profesionales del mundo de la salud que prestan sus servicios en pisos y que ahora deciden trasladarse a bajos comerciales. 

En este tímido florecer comercial influye la bajada de precios que se viene experimentando en los últimos meses. «Muchos aprovechan para reubicarse en calles más comerciales y así ganar visibilidad», apunta al respecto, subrayando que la caída del precio del alquiler ronda el 30%, con la excepción de las calles consideradas ‘top’, como son Isilla, la Plaza de la Constitución y algún tramo de San Francisco. A su juicio, la confluencia de Burgo de Osma con la glorieta Rosales también «funciona bien».

Asimismo, el sector hostelero  registra nuevas aperturas, especialmente en el centro. En la Plaza Mayor, por ejemplo, se inaugurará próximamente otro establecimiento. En otros casos, se está optando por reabrir locales que llevaban un tiempo cerrados y que no necesitan ser reformados para así evitar demasiados costes. Es decir, que se asumen a la espera de ver cómo evoluciona el verano y si el negocio responde, es probable que se planteen optar a espacios más grandes. 

Críticas al PGOU. Más allá de las nuevas aperturas de negocios, el gerente de Hunter Properties aboga por repensar otro diseño para Aranda con más zonas peatonales, calles más anchas, zonas de carga y descarga y más plazas de aparcamiento. Considera que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que podría aprobarse en septiembre, no recoge estas necesidades ya que en el Ayuntamiento «no han hablado con nadie de nuestro sector». 

En su opinión, resulta clave plantear otro desarrollo, quizá una prolongación hacia los Jardines de Don Diego, San Francisco o Carrequemada, «pero eso no está contemplado en el PGOU» a pesar, dice, de ser «una necesidad». Madrigal defiende que «en la calle Isilla ese crecimiento va a ser imposible» dado que, en líneas generales, la mayoría de las franquicias busca locales de 600, 700 u 800 metros cuadrados, que no existen en la principal vía comercial de la capital ribereña, donde los establecimientos más grandes rondan los 480 metros cuadrados. «Esta tendencia en Aranda es inviable. No es una cuestión de población ni de ventas, sino de ubicación», subraya, al tiempo que reivindica que el nuevo PGOU debería pensar más en el futuro «para que el comercio tenga su hueco». 

En esta línea, advierte que si no se toman medidas a tiempo, el casco viejo de Aranda podría quedar, como ya sucede en otras ciudades, para hostelería y apartamentos turísticos «mientras que el comercio va saliendo porque no puede crecer». A estos factores se suman otros aspectos entre los que se incluye la cercanía de la capital ribereña con Burgos y Madrid, lo que hace que muchas personas opten por irse de compras a estos lugares; el hecho de que Aranda sea, de cierta forma, un municipio de paso para directivos de grandes empresas ubicadas en la zona o que cuente con una población envejecida.