Los últimos fallos judiciales que han recordado al Ayuntamiento que la Asociación Plan Estratégico sigue sin liquidarse pese a haberle dado una aparente sepultura hace ya más de cuatro años, ha obligado al equipo de Gobierno del Consistorio capitalino a pedir a los socios que renombren a sus representantes para poder convocar a la comisión liquidadora que finiquite el ente. Una primera reunión que presidirá el alcalde, Daniel de la Rosa, y que el concejal de Hacienda, David Jurado, afirma que se producirá antes de que finalice el año.

Una de las primeras misiones que tendrá esa comisión liquidadora será la de requerir el pago de las deudas pendientes. Y aquí no valdrá, tal y como se hizo en el pasado, con la realización de llamadas o el envío de un burofax. Será necesario acudir a los tribunales, confirman fuentes del Ejecutivo municipal. Si esa es la fórmula, la solución no parece que vaya a ser temprana. 

La situación no es sencilla ya que cabe recordar que desde la Intervención municipal del Ayuntamiento no se reconoce deuda alguna con el Plan. Y el ente, por su parte, llegaba a cifrarla en alrededor de un millón de euros.

Esto quiere decir que, probablemente, el alcalde se enfrentará, como miembro de la comisión liquidadora, ante la obligación de exigir al Ayuntamiento (a sí mismo) que pague lo que debe y, al mismo tiempo, responder desde el lado de la Administración que no reconoce deuda alguna. 

El problema de fondo se suscita realmente en el pago de las deudas que tiene la propia Asociación y que superarían los 200.000 euros. Entre otros, con sus extrabajadores y con el Festival Tribu.

Ya en el pasado mandato se trató de resolver el asunto aprobando una inyección económica en el Pleno para satisfacer estas deudas, pero el PP se quedó solo. El PSOE, que siempre se ha movido con las tesis de la Intervención en este asunto, se salió del Plan Estratégico y en aquella sesión se opuso a los intentos de los populares.

Más allá de las discusiones acerca de la deuda, la clave podría estar en si el Ayuntamiento es el heredero de la misma. Para serlo, lo que se entiende en el número 1 de la Plaza Mayor es que antes debe de culminarse una liquidación que no se sabe muy bien cómo ejecutar. Todo ello para perplejidad de los socios que formaron parte de la comisión liquidadora y para enfado de aquellos a los que se les debe dinero.

La primera reunión parece inminente y ahí se podrá empezar a adivinar cuál es el rumbo que se toma.