La perrera se satura ante la falta de demanda de adopción

C.Soriano
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Los voluntarios de la asociaciónProanbur se llevan las mascotas a sus casas al no tener donde dejarlas. En una semana han recogido 20 gatos callejeros

Uno de los perros que aguarda en la perrera municipal a ser adoptado. - Foto: Patricia González

Las perreras y asociaciones de protección animal en Burgos están saturadas. En este último mes se han llegado a recoger a 20 cachorros de gato que estaban en la calle en solo una semana. Y, aunque parezca lo contrario, no se trata de casos de abandono por la llegada del periodo estival. «Realmente, hace ya tiempo que no se dan repuntes porque sea verano», aclara Judith Sánchez, vicepresidenta de la asociación Protección Animal de Burgos (Proanbur). Lo que sí parece que explique ese aumento de mascotas recogidas de la calle es, en parte, el ‘efecto pandemia’.

Tan solo en los seis primeros meses de 2021 se han recogido más perros y gatos de las calles de Burgos que en todo el año pasado, según los datos de esta asociación. Y las conclusiones del estudio Él nunca lo haría 2021, realizado por la Fundación Affinity, son que «las restricciones en la movilidad y el estilo de vida derivadas del estado de alarma por la covid crearon un efecto barrera temporal a la llegada de animales a las protectoras». Es decir, el abandono y la pérdida de las mascotas tuvo el mayor descenso de los últimos años a nivel estatal, con una diferencia del 11,5%. De ahí de parezca que ha habido un aumento: en realidad, se está volviendo a la normalidad.

Sin embargo, el problema que existe en Burgos es que, como este año ya se puede viajar y la gente lo está aprovechando después de tanto tiempo de restricciones, está habiendo dificultades con las casas de acogida. «Varios de los voluntarios de la asociación estamos acogiendo más de un animal porque no tenemos dónde llevarlos», explica Judith. Durante el confinamiento, tuvieron cuidado y se limitaron a dar mascotas en acogida a casas conocidas: «Hubo gente que llamaba diciendo que como estaba en casa, tenía tiempo. Pero luego, cuando empezara a trabajar, ya no lo tendría, y esto no se trata de tener un animal para entretenerte». No dieron pie a lo que sabían que iba a pasar, afirma, y, con ello, evitaron que las mascotas se convirtieran en una víctima más de la pandemia.

Actualmente, la principal razón por la que suele haber repuntes de recogida de animales es la temporada en que los gatos callejeros están en celo. «Hay un aumento propiciado en abril por la cantidad de camadas de cachorros que ha habido». Sin embargo, el abandono animal sigue siendo un motivo presente entre las mascotas recogidas. Según el estudio Affinity, las principales razones son los factores económicos, las camadas no deseadas y los problemas con el comportamiento. El cuarto en la lista es el fin de la temporada de caza que, de hecho, es el caso de los últimos perros que han llegado a Proanbur. «En estas situaciones es más complicado poder concienciar a los dueños», lamenta la vicepresidenta. 

Además, el año pasado empezó el debate de los microchips, el abandono y las sanciones para controlar los animales de la calle. «Hasta ahora, el abandono era gratuito», se queja Judith. Si aparecía un perro identificado, «la ley decía que tenías que localizar al propietario». La normativa no permitía a las asociaciones quedarse con el perro, por lo que el animal se mandaba en la perrera municipal y, si el dueño no lo recogía, no se le sancionaba. El año pasado hablaron con el Ayuntamiento y están a la espera de si se ha sancionado durante los últimos meses, de qué tipo han sido las multas y si se han tramitado.

El modus operandi de Proanbur es anunciando, a través de las redes, los animales que van rescatando para poder encontrarles un lugar. Esta supone la forma más efectiva de dar con quien esté dispuesto a acoger a las mascotas hasta que alguien las adopte. Fue el caso de la familia de David de la Mata, su esposa Bea Villafruela y sus dos hijas:«Nosotros lo vimos en Facebook, nos ofrecimos como casa de acogida, nos llamaron y vinieron a ver la casa para ver cuál era nuestra situación». Los voluntarios de la asociación, explica Judith, hacen entrevistas telefónicas y presenciales para conocer dónde va a vivir el animal y, a partir de eso, se hace un periodo de prueba. «Nunca se hacen adopciones directas para ver que el animal es compatible con la familia y viceversa», comenta. 

El consejo de esta familia primeriza en la acogida de animales es que, antes de adoptar, es mejor empezar como casa de acogida. «Inicialmente los ves muy bonitos, pero tomar la decisión de la noche a la mañana es muy arriesgado. Es una forma de probar y de ver si somos capaces y responsables. Sobre todo, las niñas».