Son muchos los que se preguntan cuándo concluirán las obras de acondicionamiento que comenzaron a finales de 2018 y que permitirán atravesar toda la comarca de Las Merindades de noroeste a sureste siguiendo el curso del antiguo ferrocarril del Santander Mediterráneo. Las obras sobre sus 60 kilómetros avanzan y van dando sus últimos pasos, pero todo apunta a que se demorarán más allá de los tres años previstos inicialmente,  puesto que los trabajos de tratamiento del óxido y pintado de quince puentes metálicos se podrán alargar hasta diciembre de 2022, con lo que el proyecto completo se irá a cuatro años de ejecución.

La pasada semana se ha adjudicado  el importante contrato por valor de 544.081 euros a la empresa cántabra Pinturas Sabi S.A. La firma se ha comprometido a ejecutar los trabajos en solo 8 meses a partir de la segunda quincena de julio, pero en el pliego de condiciones Tragsa indica que le permitirá que los tareas se demoren hasta diciembre de 2022, siempre que las interrupciones se deban a causas meteorológicas o a condicionantes ambientales, como las etapas de cría de las aves rupícolas. En algunas zonas por las que transcurre la vía verde, como el entorno del parque natural Montes Obarenes, en los municipios de Oña y Trespaderne, todos los trabajos se paran desde marzo hasta finales de agosto por este motivo, pero continúan en otros espacios sin esa limitación.

El tratamiento de las extraordinarias estructuras metálicas de los puentes está sujeto a muchas limitaciones, dado que no se podrán realizar cuando la temperatura baje de 0 grados. Tampoco se podrán aplicar determinados productos y pinturas con las superficies húmedas o mojadas ni cuando haya capa de hielo, por lo que el invierno condicionará mucho las tareas y el avance de las mismas. Todos los puentes se chorrearán con arena para eliminar el óxido que se ha hecho el dueño en la práctica totalidad de sus superficies y tras ello se tratarán con pintura antioxidante.

Los puentes, cuyas estructuras quedarán como nuevas tras los tratamientos previstos se sitúan a lo largo de todo el trazado. El primero se ubica sobre el río Oca en Oña y el siguiente sobre el Nela, ya superada la antigua estación de ferrocarril de Trespaderne. Entre ambos hay otro puente metálico sobre el río Ebro y la Nacional 629, el único que no entra en este contrato debido a su buen estado de conservación. Las siguientes estructuras que mejorarán será un paso inferior de un camino en Moneo y el puente sobre el río Trueba, a la altura de Bustillo antes de llegar a Medina de Pomar. Los puentes de El Vado (Medina); Cigüenza, Tubilla, Escanduso y Escaño, todos ellos en el término municipal de Villarcayo; así como los de Puentedey, el entorno de Leva, Quintanabaldo y Cidad, en la Merindad de Valdeporres, también forman parte del contrato recién adjudicado.

De Oña a Valdeporres. No obstante, con esta tarea no acabará el acondicionamiento de los puentes. Prácticamente todos han perdido las vallas necesarias para proteger y dar seguridad a los futuros usuarios de la vía verde y carecen de pavimento. El proyecto del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con un presupuesto total de 5,3 millones, contempla que, una vez acabado el tratamiento del óxido y pintado de las estructuras metálicas, se instalen barandillas de acero y un nuevo pavimento de madera. Estas barandillas de acero ya se han instalado en algunos puntos como el impresionante viaducto sobre el Nela en las cercanías de Santelices de Valdeporres. Asimismo, se ha ejecutado todo el trazado de 60 kilómetros con zahorra.