El hundimiento del tejado agrava la ruina de Cardenal Segura

H. JIMÉNEZ
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Los vecinos reclaman al Ayuntamiento de Burgos una actuación urgente ante el "peligro para la integridad física" de los viandantes que supone este edificio convertido en palomar

Decenas de palomas anidan en el inmueble, lo que está acelerando su deterioro - Foto: Luis López Araico

El edificio situado entre la Plaza Mayor y el número 4 de la calle Cardenal Segura es un viejo conocido del Ayuntamiento. Hace tiempo que genera quebraderos de cabeza tanto para la sección que vigila las ruinas, debido a su lamentable estado de conservación, como para la de sanidad porque lleva años convertido en un enorme palomar. Ha sido multado en varias ocasiones, pero por el momento sin resultado práctico alguno, pues su situación ha empeorado.

Hace alrededor de un mes que el tejado se ha hundido justo en la separación entre los dos inmuebles que componen el solar. El agujero es visible desde el centro de la Plaza Mayor y ha arrastrado también una red de protección que cae desde un recrecido superior hasta la cubierta principal del edificio. Nada de eso parece molestar a las decenas de palomas que se hacinan alrededor. Es más, los animales parecen disfrutar de una circunstancia que les facilita el abrigo y el anidamiento para riesgo de los viandantes y desgracia de quienes habitan en el entorno.

Las viviendas y comercios más directamente afectados, hartos de soportar un deterioro que llevan contemplando desde sus ventanas y sus escaparates demasiado tiempo, emiten periódicamente denuncias públicas al respecto y la última data de la semana pasada.

El edificio hace esquina con la Plaza MayorEl edificio hace esquina con la Plaza Mayor - Foto: Luis López Araico

Uno de los vecinos registró un escrito ante el Ayuntamiento de Burgos describiendo una "situación de abandono y de ruina" que ha desembocado en "un peligro para la integridad física de las personas por los posibles desprendimientos que puedan ocasionarse".

En el documento, registrado ante el Consistorio para su traslado a la sección de Obras, subraya que "con una simple inspección ocular pueden observar que en el tejado una pared medianera está abierta y que hay muchas tejas sueltas", así como la existencia de "excrementos de palomas que contribuyen a su vez a corroer el suelo del edificio y su estructura exterior, aumentando el riesgo de desprendimiento".

Por todo ello, a lo que se suma un posible riesgo de insalubridad para las personas, reclama que los propietarios del inmueble acometan "las acciones necesarias" para evitar los riesgos. Su escrito lo acompaña de fotografías que reflejan el estado del edificio y lo concluye apuntando la conveniencia de que también intervenga el área de Sanidad, por ser los responsables del control de plagas.

Multado hace dos años. La pasividad de los dueños del número 2 de Cardenal Segura se remonta a muchos años atrás, los que llevan intentando que el inmueble fuera declarado oficialmente en ruina. En 2013 le fue emitida una Inspección Técnica desfavorable que conllevaba la obligación de arreglar deficiencias en forjados, cubierta, escaleras o fachada.

El requerimiento para las reparaciones no se atendió, y por medio se cruzó un conflicto entre los diversos propietarios, pues el mayoritario pretendía la consideración de ruina y el resto se oponía. Los técnicos municipales dieron la razón a estos últimos y en febrero de 2020 emitió una primera multa de 3.300 euros, con la advertencia de que llegarían otras 9 más, hasta llegar a un montante global de 33.000, el necesario para elaborar un proyecto técnico de diagnóstico de las deficiencias.

Cuentan los vecinos que hace unos meses se desarrollaron trabajos de acondicionamiento interno, tal y como recuerdan los carteles publicitarios de una empresa de restauración que cuelgan de la fachada. Sin embargo, la cubierta no se tocó y ha terminado hundiéndose para deleite de las palomas, "que parecen gavilanes de lo grandes que son", subraya con indignación una vecina. Otro agujero negro en el centro histórico.